Siete organizaciones y líderes  indígenas fueron nominados a la tercera entrega del Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos, que son entregados por la agencia sueca Diakonia. En lo que respecta a los pueblos indígenas de Colombia, son varias las nominaciones que recaen en organizaciones que se han destacado por su trabajo en diversos sectores del país.

Entre otros, en la Categoría Reconocimiento a Organizaciones con Larga Trayectoria fue nominada la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), proyecto con presencia nacional, que trabaja por la defensa y protección de los derechos especiales, colectivos y culturales, desde los principios de unidad, tierra, cultura y autonomía. También fue nominado el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), organización surgida en 1971.

En la Categoría Defensor o Defensora del Año fue nominada Matilde Leonor López Arpushana, lideresa indígena y representante de 145 comunidades del Pueblo Wayúu. Trabaja por la defensa y protección de la vida de niños, niñas y mujeres indígenas del municipio de Riohacha, en el departamento de La Guajira.

En la categoría  Experiencia o Proceso Colectivo del Año fue nominada la Organización de Mujeres Indígenas Kankuamas, proceso organizativo de mujeres indígenas del Pueblo Kankuamo, originario de la Sierra Nevada de Santa Marta. También fue postulado el Movimiento juvenil Álvaro Ulcué Chocué, el cual trabaja en cinco cabildos y 16 resguardos indígenas del norte del Cauca en la formación de niños y adolescentes participativos y comprometidos con el trabajo de la comunidad.

En la Categoría Reconocimiento a Toda una Vida fue postulada Ana Tulia Zapata, quien desde los 18 años se ha dedicado al fortalecimiento de los procesos de las mujeres indígenas, tanto en su departamento, como a nivel nacional.

Un total de 45 candidaturas provenientes de 13 departamentos fueron nominadas en las tres categorías que se abrieron, con cinco subcategorías en el presente año. El Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos en Colombia es un reconocimiento a la legitimidad del trabajo de los defensores de los derechos humanos, y al aporte que hacen a la democracia y a la paz en Colombia, señalan los organizadores.