Reducir el uso de carbón para 2030, primera meta del COP 25 | El Nuevo Siglo
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Domingo, 8 de Diciembre de 2019
Redacción internacional

Los gobiernos del mundo y la sociedad civil buscan en España una hoja de ruta para reducir los efectos del calentamiento global en los próximos 30 años

 

En medio de la COP 25, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se presentaron dos informes que comprometen a las empresas, gobiernos y sociedad civil a realizar cambios reales para prevenir el calentamiento global. La meta es que en 2050 existan cero emisiones.

Científicos de todo el mundo presentaron la que será la hoja de ruta para reducir los efectos del calentamiento global en 2050.

El material publicado por ONU Cambio Climático da a conocer las medidas actuales en esa materia y establece las rutas para lograr en 2050 la neutralidad climática necesaria para cumplir los objetivos relacionados a la temperatura del Acuerdo de París (1,5 grados centígrados).

Las principales áreas en las que se deberá trabajar para conseguir los objetivos son energía, asentamientos humanos, industria, uso del suelo, océanos y zonas costeras, transporte y uso del agua. Para 2030, primer plazo, según las metas propuestas en materia energética, se debe reducir el uso de carbón, los mercados deben adoptar nuevas energías y se debe lograr un acceso universal a la energía, en especial a las energías renovables.

La entidad destaca que en materia energética la población sin acceso a energía eléctrica se redujo de 1.2 billones de personas en 2010 a cerca de 840 millones en 2017; así mismo se aumentó la generación de energías renovables de 22% en 2012 a 33% en 2018.

En materia de asentamientos humanos el camino trazado por la entidad busca que para 2050 todos los asentamientos tengan 0 emisiones y permitan un estándar de vida decente incluso para los más vulnerables.

“Una acción ambiciosa debe transformar las ciudades tomando políticas urgentes que sean de prioridad nacional y gubernamental, para que se mejore la calidad del aire, se reduzca la congestión de tráfico y se reduzcan las lesiones en carretera, asegurando servicios para todas las personas”, asegura el documento oficial.

Economía circular

Otra de las metas propuestas en esta materia por la ONU tiene que ver con la llamada economía circular que según el organismo podría reducir entre un 80 y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79 y un 99% de sus emisiones. Según  Adriana Zacarías, la coordinadora regional de Eficiencia de Recursos para América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente “es necesario cambiar la forma en la que actualmente producimos y consumimos, que está basada en una economía lineal de extracción-producción-consumo-desperdicio. Lo que queremos es pasar a una economía circular en la que tenemos que cerrar los ciclos de producción y mantener un flujo constante de recursos naturales”.

Según la ONU uno de los actores que deben estar más comprometidos en este cambio es la Industria que para 2030 ya deberá haber implementado y desarrollado tecnologías y soluciones incluyendo elementos de resiliencia climática. Para ese año también deberán estar acabados los subsidios para combustibles fósiles y se debe haber avanzado en el consumo de energía renovable.  Sin embargo, para el 2050, la industria deberá haberse transformado hacia la “descarbonización” aplicando la economía circular y cumpliendo los objetivos de cero emisiones.

En materia de protección de los océanos la ONU indica que en este momento los efectos del aumento mundial de las temperaturas en los océanos están afectando gravemente los ecosistemas marinos, las zonas costeras y las sociedades humanas.

“La población mundial depende de los océanos de más maneras de las que se piensa. Es una fuente clave del oxígeno que necesitamos para sobrevivir (el oxígeno de una de cada dos inspiraciones viene de los océanos) y modera las temperaturas globales. Los océanos, las zonas costeras y sus ecosistemas no solo son un inmenso reservorio de biodiversidad, sino que también proporcionan valiosos servicios a los seres humanos. El sector de la pesca y el de la acuicultura, por ejemplo, sustentan los medios de vida de entre el 10 % y el 12 % de la población mundial”, dice la ONU.

En materia de Transporte la ONU indica que el sector de viajes y turismo, con sus importantes beneficios económicos y sociales, no tiene más remedio que transformarse para sobrevivir y prosperar frente al cambio climático. Según cifras de la ONU en 2018, la industria generó el 10,4 % del Producto Interior Bruto mundial, es decir, más de 8,8 billones de dólares, pero el cambio climático pone en peligro esas cifras, y otras más.

Mientras que la industria de viajes y turismo generó el 10,4 % del Producto Interior Bruto mundial en 2018, también representa alrededor del 8 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero que están contribuyendo al cambio climático. Por eso según el organismo este es uno de los sectores que más tienen que cambiar para proteger las fuentes de turismo que sobreviven alrededor del globo.

 

 

Uso sostenible del suelo en la Amazonia

El Ministerio de Ambiente, liderado por Ricardo Lozano, ha presentado en COP 25 varias experiencias que ayudarán para prevenir y reducir los efectos del cambio climático, entre ellas está la gestión para el uso sostenible del suelo en la Amazonia y el modelo de participación de la Corporación Ambiental Empresarial (CAEM).

“Colombia lidera una coalición de países comprometidos en buscar soluciones de adaptación al cambio climático basadas en el conocimiento tradicional de nuestras comunidades étnicas y en nuestros propios ecosistemas específicos de los territorios, así como en destinar mayor inversión para investigación en adaptación basada en ecosistemas”, indicó el ministro Lozano.

Según la cartera, la adaptación basada en la naturaleza implica obligatoriamente procesos de participación y concertación con las comunidades, y el conocimiento absoluto de los ecosistemas de la región, entre otras condiciones.

Uno de los proyectos que presentó el Gobierno es el de adaptación basada en ecosistemas en la cuenca del río Magdalena. El objetivo es apoyar a las autoridades ambientales a nivel nacional, regional y local en la gestión integrada de cuencas hidrográficas y la incorporación de estrategias de Adaptación Basadas en Ecosistemas costo-efectivas en sus instrumentos de gestión y planificación, “con el fin de evitar pérdidas socioeconómicas provocadas por el cambio climático y mantener un ecosistema fluvial resiliente”, aseguraron fuentes del Ministerio.