Los mandatarios europeos advirtieron este jueves a su par británica, Theresa May, que no tienen más concesiones en las negociaciones del Brexit, pero expresaron su confianza en poder alcanzar un acuerdo antes del divorcio previsto para marzo.

"Hemos identificado todos los escenarios desde un punto de vista técnico. El elemento clave para un acuerdo final está del lado británico. El elemento clave es un compromiso político británico", declaró el presidente francés, Emmanuel Macron, al término de dos días de cumbre en Bruselas.

Los europeos esperaban "propuestas concretas" de May para desbloquear la negociación, encallada en cómo evitar el retorno de una frontera clásica entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda. Aunque no lo lograron, constataron un clima más positivo entre ambas partes.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se mostró así confiado en que Londres y Bruselas están "más cerca de soluciones finales y de un acuerdo", si bien preciso que su visión es "más emotiva que racional". "Pero las emociones cuentan también en política", agregó.

El único resultado de la cumbre es la puerta abierta por Theresa May a una eventual extensión del período de transición a partir del divorcio previsto el 29 de marzo, una prolongación que "probablemente se hará", según el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

El objetivo de esta extensión es doble. Por un lado, rebajar la tensión sobre la cuestión de Irlanda para poder lograr un acuerdo de divorcio y, a su vez, dar tiempo a ambas partes para negociar y ratificar la futura relación comercial entre Reino Unido y sus todavía 27 socios.

El período de transición representa, en cambio, una cuestión difícil de aceptar para los partidarios de un Brexit duro, ya que implica que durante ese tiempo Reino Unido deberá beneficiarse y respetar las reglas europeas, pero sin tomar parte de las discusiones.

La 'premier' británica, bajo presión del ala euroescéptica de su Partido Conservador, indicó que la extensión sería de "unos meses" y precisó que su intención es no utilizarla, ya que espera alcanzar un acuerdo sobre la futura relación antes de finales de 2020.

Su simple mención la víspera ya hizo reaccionar a los sectores euroescépticos en Reino Unido. "May juega con fuego", comentó este jueves el diario conservador The Sun.

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Irlanda y Gibraltar

Las negociaciones del Brexit se encuentran bloqueadas en cómo mantener la fluidez de circulación de bienes entre Irlanda e Irlanda del Norte, preservando a su vez el acuerdo de paz del Viernes Santo de 1998.

A falta de una alternativa mejor, ambas partes acordaron en diciembre que Irlanda del Norte continuaría al término de la transición en el mercado único europeo y en la unión aduanera, algo que rechaza ahora Londres porque esto crearía una frontera en el interior de su propio país.

Las propuestas de Londres, como la de crear un "arreglo aduanero temporal", no logran convencer a la UE, que ve en ellas un intento de obtener un "acceso a la carta" a su espacio económico y un ataque a la integridad de su mercado único.

"Mientras no haya una solución, no seremos capaces de explicar cómo podemos tener éxito", estimó la canciller alemana, Angela Merkel. Tanto Londres y Bruselas se preparan así a enfrentar las consecuencias de un eventual Brexit sin acuerdo. 

Pese a la falta de "progresos sustanciales" en la negociación, que llevó a los 27 a no convocar una cumbre extraordinaria en noviembre para rematar un eventual acuerdo, el capítulo de Gibraltar en el acuerdo de divorcio "ya está resuelto", según el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

"Gibraltar no va a ser un problema para llegar a un acuerdo sobre el Brexit" tras pactarlo con el gobierno británico, indicó en rueda de prensa Sánchez, quien precisó que continúan en cambio otras negociaciones con Londres para solventar fricciones con el Peñón, como su fiscalidad.

Migración

El Brexit supone la crisis política más importante para un bloque que debe además enfrentar las consecuencias de crisis precedentes, como la migratoria, que generó profundas divisiones en su seno sobre cómo gestionar el fenómeno migratorio.

La UE, que busca intensificar la cooperación con los países de origen y tránsito de los migrantes, especialmente del norte de África, anunció este jueves al término de la reunión la celebración de una cumbre con los países de la Liga Árabe el 24 y 25 de febrero en Egipto.

La cooperación con los países de origen y de tránsito se ha convertido en una de las prioridades de la estrategia de los europeos para frenar la llegada de migrantes, en su mayoría procedentes de África, mientras siguen divididos sobre la reforma de su política común de asilo.