Solicitudes justas | El Nuevo Siglo
Sábado, 20 de Octubre de 2018

“Anuencia con aspiraciones estudiantiles”

Acabamos de ser testigos de una gran manifestación de los estudiantes que hacía tiempos no se conocía. Bien parece que fue bastante distinta de lo que solían ser estas marchas en otros tiempos. Quienes fuimos alumnos de la Universidad Nacional en otras épocas, bien podemos advertir que hacía bastante tiempo no se dejaban sentir los estudiantes en eventos que habíamos extrañado, y nos preguntábamos si es que la capacidad de manifestarse ante el país se había agotado. Pero no, en esta ocasión lo que querían decir los alumnos de los claustros universitarios tuvieron su ocasión de hacerlo.

En épocas pretéritas estas manifestaciones no solían ser pacíficas; por el contrario la confrontación con la Policía era algo con lo cual se contaba; salían los guardianes del orden a caballo y a pie con andanadas en contra del tropel de alumnos, acompañadas de  unas lavadas con chorros de agua a gran presión; había dispersión para volver luego a los mismos ajetreos juveniles. Agresivos, voluntariosos, llenos de ardor por los reclamos que creían justos, pero también infiltrados por agitadores que nada tenían que ver con los reclamos.  No faltaban los daños a las vitrinas de los almacenes ni a las vidrieras de los edificios. Así se malquistaban la voluntad de la ciudadanía y la de los gobiernos nacional, departamentales y municipales. De ahí la mala voluntad de la ciudadanía.

Lo de la semana antepasada fue, puede decirse, expresión de sensatez  estudiantil ¿Será que hasta allá ha llegado el proceso de paz? Es posible que esta haya sido una señal que indica que las maneras de protestar han adquirido otra modalidad ajena a la confrontación. Lo cierto es que la esencia de las protestas era la de pedir que los aportes para la educación en las universidades públicas, como es la obligación de todo Estado organizado, dadas las tareas tan importantes que desarrollan, no solamente no sufran mengua alguna, sino que sean aumentados de acuerdo con una política de educación. Es una justa aspiración en frente al anuncio de la terminación del programa “Ser pilo paga”. Este programa básicamente, con el concurso de las universidades privadas, está prestando un magnífico servicio a estudiantes que no tienen la capacidad económica de acercarse a ellas. Ahora lo han hecho con buenos resultados.  Se pretende que la universidad pública participe. La Nacional educa a los futuros dirigentes del país en todas las actividades; se le deben fijar políticas que le permitan incrementar su participación en el desarrollo del país, a través de su capacidad cimentada en muchos años de actividades docentes.

El país demostró su anuencia con las aspiraciones estudiantiles y también las de todos los estamentos de la universidad pública. La seriedad de las solicitudes pondrá a prueba la capacidad de dirección del gobierno así como de sus propósitos de instaurar una política de pública universitaria de largo y estudiado alcance.