Una negociación entre Turquía y Grecia distensionaría el Mediterráneo | El Nuevo Siglo
Atenas se "está preparado para retomar el hilo de los contactos exploratorios desde donde los cortó Turquía en marzo de 2016".
Foto AFP
Viernes, 18 de Septiembre de 2020
Redacción internacional

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, manifestó esta semana que la vuelta a puerto del barco de exploración 'Oruc Reis' tiene como objetivo "dar una oportunidad" a la vía diplomática con Grecia, aunque ha dejado claro que ello no significa que sus operaciones en la zona hayan concluido.

"Si hemos hecho que el 'Oruc Reis' vuelva a puerto para trabajos de mantenimiento, significa algo", ha señalado el mandatario, antes de agregar que "se trata de una postura significativa" por parte de las autoridades turcas.

"Es la (postura) de dar una oportunidad a la diplomacia y dejar que Grecia se sume a esta dirección positiva", ha explicado, antes de agregar que está dispuesto a mantener un encuentro con el primer ministro griego, Kiriakos Mitsotakis, para abordar las tensiones en el Mediterráneo oriental.

Atenas aplaudió la retirada del 'Oruc Reis' de las aguas del Mediterráneo oriental y su vuelta al puerto de Antalya, al tiempo que resaltó que se trataba de "un paso positivo" de cara a una posible reducción de las tensiones".

En este sentido, el portavoz del Gobierno griego, Stelios Petsas, apuntó que Atenas se "está preparado para retomar el hilo de los contactos exploratorios desde donde los cortó Turquía en marzo de 2016".

Como se recordará los trabajos del 'Oruc Reis' habían desencadenado las críticas de las autoridades griegas, que denunciaron que estaba llevando a cabo sus investigaciones en áreas consideradas como parte de su Zona Económica Exclusiva y agregaron que Turquía estaba llevando a cabo prospecciones y actividades de exploración de hidrocarburos de forma "ilegal" a poca distancia de varias de sus islas.

Sin embargo, el Gobierno turco rechaza las acusaciones y asegura que las aguas en las que se está perforando gas a título experimental pertenecen a su plataforma continental.

La disputa por la exploración turca de gas natural frente a islas griegas de Rodas y Castelórizo en el Mediterráneo oriental se ha intensificado constantemente en las últimas semanas. La Unión Europea también ha condenado las acciones turcas y ha pedido a Ankara que las detenga, amenazando con sanciones.

Ante esta situación EL NUEVO SIGLO presenta una radiografía de la situación en la zona.

Negociaciones

Frente a la perspectiva de llevar a cabo una negociación, Grecia ha mantenido una postura prudente y ha puesto condiciones para evitar agresiones a Turquía que insiste en el diálogo pero a la vez envía embarcaciones de guerra.

Turquía ha acusado a Atenas de tener una postura radical, al renunciar al diálogo, y alega que está incitada por actores como Francia que insiste en escalar la tensión que busca aumentar su influencia en la zona.

Frente a este panorama son varios los aspectos determinantes que se deben tener en cuenta para comprender las causas y dinámicas de la crisis en cuestión.

El primero de ellos se remite a los factores determinantes en el aumento de la tensión en el Mediterráneo oriental. La tensión se elevó cuando los grecochipriotas firmaron acuerdos internacionales para explotar los recursos naturales de la isla de Chipre, que fueron criticados por los turcochipriotas quienes han elevado airadas advertencias.

Si bien, la Administración griega del sur de Chipre ha logrado llegar a acuerdos sobre el límite de las zonas económicas con Egipto, Líbano e Israel, Turquía insiste en crear un comité a través de Naciones Unidas para buscar una solución al conflicto. Sin embargo los grecochipriotas, con el apoyo de la Unión Europea (UE), se han opuesto a esta posibilidad considerando que el tema fronterizo es claro y acusan a consideran que es una maniobra que dilata el cumplimiento de los acuerdos.

Otro aspecto clave a considerar es la existencia del “mapa de Sevilla”. Este, hace alusión a un mapa dibujado por el profesor de geografía marítima de la Universidad de Sevilla, Juan Luis Suárez de Vivero, en el cual se establecen como fronteras oficiales de la UE, la placa continental declarada por Grecia en los mares del Mediterráneo y el Egeo y la Zona Económica Exclusiva enunciada por Chripe del Sur en 2004. Su tesis se apoya en una interpretación del derecho internacional marítimo según el cual las aguas territoriales y jurisdicción marítima de las islas griegas, tanto en el mar Egeo como en el Mediterráneo, son las mismas que su territorio continental.

Sin embargo, los turcos alegan que esta tesis es insostenible desconociendo la realidad geográfica del archipiélago y por esta razón Grecia se resiste a aceptar las pretensiones de Turquía. Erdogan afirma que suspendió las acciones para iniciar un diálogo con la mediación de Alemania y acusa a Grecia haber minado la posibilidad tras el anuncio de un acuerdo de delimitación de la jurisdicción marítima con Egipto un día antes de las negociaciones. Esta tesis resulta algo contradictoria si se considera que es Turquía quien inició los hostigamientos y sólo ha decido detener las exploraciones ante las inminentes sanciones que le impondría toda la UE.

Es también de gran relevancia considerar el apoyo de Francia a Grecia. Si bien es cierto que el país galo busca asumir un rol relevante en el Mediterráneo Oriental, no intenta socavar los esfuerzos de mediación de su aliado Alemania, como lo ha querido hacer ver Turquía y el hecho de que haya decidido enviar tropas a Grecia no responde a un interés colonialista sino en respuesta de una agresión previa.

Intervención internacional

Frente al conflicto, los demás actores internacionales se mantienen en posturas diversas. Países de la UE, como España e Italia, son partidarios de un diálogo que dé margen de maniobra a Turquía pero sus socios en el continente ya plantean una solución un poco más drástica.

Por su parte, Estados Unidos se mantiene en una postura distante y neutral en la que ha dejado que Francia y Alemania actúen en la región a pesar de que es claro su distanciamiento con Turquía.

Es llamativa la postura de la OTAN, quien como actor clave frente a la disminución de la tensión entre dos de sus miembros, se ha mantenido en silencio, atendiendo a la postura de Estados Unidos como líder de la organización.

Finalmente para completar el panorama, cabe señalar que los cambios en el sistema global y los nuevos intereses y costos que surgen a raíz de éste, son factores determinantes en el recrudecimiento del conflicto. Los yacimientos en el Mediterráneo han puesto las miradas de muchos países en la zona y por esta razón países como Francia, Emiratos Árabes Unidos y Egipto han decidido apoyan a Grecia país con el que tienen acuerdos de cooperación y no se constituye en un eventual rival para Europa.

Turquía quiere mostrase como una víctima a la que todos los países quieren arrinconar y vulnerar sus derechos, sin embargo esta tesis se cae de su peso y raya con lo absurdo pues implicaría una conspiración planetaria contra Turquía y no, como es, una postura constructiva que intenta defender la zona de los intereses expansionistas del régimen de Erdogan.