El liberalismo se secó ideológicamente: Gómez | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo - Andrés Rot
Domingo, 23 de Septiembre de 2018
Redacción Política
El exministro se refirió a la crisis del Partido Liberal, señalando que el gran responsable ha sido el expresidente César Gaviria, quien les entregó la colectividad a sus amigos
____________

EL NUEVO SIGLO: ¿Por qué hace implosión el Partido Liberal?

ALFONSO GÓMEZ: Pues mire, este es un proceso que viene de atrás. No es de este último episodio. Yo ubicaría esto por allá en el año 2005, cuando Ernesto Samper y Horacio Serpa, sin que hubiese nada que lo justificara, le entregaron el Partido Liberal a César Gaviria por una convención que hubo.

César Gaviria había estado 10 años por fuera del país, prácticamente desvinculado del Partido Liberal. Y además en las elecciones anteriores, tanto en la de Ernesto Samper, como en la de Andrés Pastrana, él no había votado por el Partido Liberal. Él votó por Andrés Pastrana en las dos veces en que fue candidato en contra de los candidatos liberales, como está contado en el libro de Mauricio Vargas, “Historia del Revolcón”. Entonces con ese antecedente no había ninguna razón para que Horacio Serpa y Ernesto Samper le dijeran que volviera de jefe al Partido Liberal. Y él que hizo. Él llegó, se cogió el Partido Liberal para su grupo.

En la elección de 2010 hubo una consulta en la que yo intervine como un precandidato. ¿Qué hizo César Gaviria? Él tenía su propio candidato, que era Rafael Pardo, pero a él no le importó, siendo jefe del partido, tener candidato. Esto lo maniobró para que el candidato fuera Pardo, con el resultado que se dio, que estuvo a punto de no sacar el umbral. Creo que saco 600.000 votos, algo así, mientras que en la primera vuelta Juan Manuel Santos había sacado 6 millones. A pesar de eso, ese sector se quedó aun desde entonces con el Partido Liberal para expedir avales; no se fueron, como pasa en cualquier país cuando el jefe de un partido lo lleva a la debacle. ¿Qué es lo que hace? Se hace a un lado. Eso no pasó. Esa crisis viene entonces desde allá.

Pero hicieron otras cosas. También parlamentarizaron el partido. Es decir, hicieron a un lado todos los demás sectores, los sectores sociales, los sectores sindicales, lo que había sido la esencia del liberalismo, y se convirtió en la casta. Eso lo convirtieron en lo que yo llamo la casta gavirista. Y por eso el partido se fue secando. En el año 98 tuvo 5 millones y medio. Después sacó 1 millón y medio de votos. Luego 600.000. En la última elección bajo la dirección de Gaviria obtuvo 400.000. Es que las cifras no mienten. Con Gaviria hasta hoy el partido ha venido en declive.

En efecto, en 2018 Gaviria repitió la fórmula de 2010, que maniobró la consulta a favor de su candidato, esta vez Humberto de la Calle. Esa es como la historia de toda esta crisis.

Como fue una casta, fueron creando de una vez las condiciones para que otra gente se fuera saliendo. Cecilia López, Piedad Córdoba, bueno, y ya recientemente, Vivian Morales, Juan Manuel Galán. Pues en el caso mío yo lo había hecho desde hace mucho antes. Eso es lo que ha venido ocurriendo.

ENS: ¿Es decir, la culpa de la crisis es del expresidente Gaviria?

AG: Pues fundamentalmente, porque no ha permitido la renovación del partido. Cuando el PRI mexicano se vino abajo, los jefes del PRI se hicieron a un lado y se hizo una renovación. Ha pasado en el PSOE en España. En el PP en España. Pasó en el laborismo inglés cuando hubo una derrota del laborismo, en media hora el jefe del Partido Laborista había renunciado. Entonces, lo que creo es que Gaviria fue un candado en donde fuera de él no hay salvación.

ENS: ¿Existen bases ideológicas para la división, como ocurrió en el Siglo XIX entre radicales y draconianos?

AG: Siempre ha habido como dos tendencias en el liberalismo: una de centro izquierda y una tendencia, llamémosla, de centro derecha. Más o menos eso ha sido históricamente así, especialmente en el caso de la UNIR de Gaitán y en el caso del MRL de Alfonso López Michelsen. Pero ahora lo de estos últimos días no lo veo tan claro, porque particularmente personas como Juan Fernando Cristo y Guillermo Rivera estuvieron muy cerca de César Gaviria hasta hace apenas unos meses. Es más, Juan Fernando Cristo fue el jefe de debate en el año 2009-2010  de Rafael Pardo, que era el candidato de Gaviria. Entonces como que ahí uno no vería una disidencia de tipo ideológico propiamente dicha.

ENS

ENS: ¿Por qué el descalabro de De la Calle en las elecciones presidenciales no tuvo ninguna incidencia dentro del partido?

AG: Pues mire, como veo yo desde fuera, ya que no apoyé la candidatura de Humberto De la Calle, me parece que fue el error de haber persistido de la consulta de noviembre.

Si usted recuerda, quienes hicieron la consulta en marzo con las parlamentarias fueron los que se fortalecieron. Gaviria insistió con Humberto De la Calle, que había amenazado con salirse también del partido si la consulta se hacía en marzo y se hizo en noviembre. Por eso el partido llego lánguido a la primera vuelta presidencial. Ya se habían salido Viviane Morales y Juan Manuel Galán, que en cierta forma se inventó la presidencia de Gaviria, en el cementerio, y a él también lo dejó a un lado.

ENS: ¿Ve posible la unión de los partidos Cambio Radical, Liberal y La U, como se ha insinuado?

AG: Pues si uno mira históricamente lo que fue La U y Cambio Radical, fueron partidos que no nacieron como con vocación de permanencia y todos ellos vienen en cierta forma del liberalismo. ¿Cómo surge Cambio Radical? Es un partido que no fue fundado por Germán Vargas como la gente cree. Fue fundado por Humberto De la Calle, Rafael Pardo y Luis Guillermo Giraldo. Lo fundaron en 1998. ¿Para qué? Para atravesársele a la candidatura de Horacio Serpa, y ellos fueron los que crearon ese sector llamado de la Gran Alianza para el Cambio, para apoyar a Andrés Pastrana. La U ¿Qué es La U? ¿Por qué se llama La U? Porque era el nombre de Uribe. Entonces no eran partidos como con vocación de permanencia.

Yo creo que en algún momento, no sé si ahora, se puede dar una gran reunificación del Partido Liberal, pero no mecánica, sino para que el partido se sacuda.

ENS: ¿Hay alguna posibilidad de que el Nuevo Liberalismo recupere su personalidad jurídica?

AG: Yo vería con muy buenos ojos que el Nuevo Liberalismo recuperara su personalidad jurídica, porque fue un movimiento que se disolvió porque le mataron a su jefe. Y hay que decirlo también, porque Gaviria contribuyó a disolverlo mandando muchos de sus dirigentes como embajadores; pero yo creería que ojalá el Nuevo Liberalismo recupere su personería jurídica y eso puede ser un buen punto de partida para que dirigentes como Juan Manuel Galán, con esa juventud, con esa rectitud, con esa conexión que él tiene con la juventud, pueda ser un factor decisivo para que haya una especie de… ahí sí valdría la expresión, un Nuevo Liberalismo.

ENS: ¿Algunos dicen que esta es una simple división entre samperistas y gaviristas?

AG: Podrían darle esa interpretación. Yo no lo veo necesariamente así ¿Sabe por qué razón? Porque hubo unos momentos en que samperistas y gaviristas estuvieron del mismo lado. Juan Fernando Cristo fue jefe de debate de Rafael Pardo, que era el candidato de Gaviria. Guillermo Rivera ha estado siempre en el sector gavirista. Yo diría que una gran parte despegó mucho en el Partido Liberal bajo la protección de César Gaviria. De manera que hoy yo no lo veo de esa manera.

Oposición y gobierno

ENS: ¿Cómo interpreta que el Partido Liberal se haya declarado independiente?

AG: Hay una paradoja muy curiosa, porque el Partido Liberal en cabeza de César Gaviria y sus parlamentarios decidieron apoyar y votaron por Duque. Luego de que votaron por Duque, entonces decidieron declararse independientes. Como que mataron el tigre y se asustaron con el cuero.

ENS: ¿Cree que los disidentes liberales podrán tener gobernaciones, alcaldías en 2019?

AG: En política todo es posible. No lo veo muy viable, porque si usted ve en ese grupo no hay senadores, ni diputados, ni concejales. Y, que curioso: esos mismos senadores, diputados y concejales que hace seis meses le corrían a Juan Fernando Cristo cuando era ministro de Gobierno ahora lo dejaron solito, porque tienen miedo a que César Gaviria no les dé el aval para las regionales.

Reforma a la Justicia

ENS: Usted ha sido partidario de aplicar la Constitución antes de ir a más reformas. ¿Cómo ve la reforma a la justicia propuesta por el presidente Duque?

AG: Aquí nos dedicamos a cambiar la Constitución. La historia es demasiado larga. La Constitución del 86 la cambiamos 80 veces. La del 91, que es casi una adolescente, tiene 26 años, ha sido violada más de 40 veces. Entonces nos dedicamos a cambiar la Constitución y no a gobernar. Por eso digo: no cambiemos tanto la Constitución, dejémosla quieta y más bien dediquémonos a gobernar.

Al presidente Duque le mandé un mensaje en una columna reciente: “Gobernar no es legislar”. La reforma que se ha presentado, en términos generales, es buena. Corresponde al consensó de distinto sectores.

ENS: ¿Cómo considera la propuesta anticorrupción?, ¿considera que eso es bueno?

AG: Mire, lo que pasó con la tal consulta anticorrupción, que entre otras cosas da la sensación de que fue aprobada, no fue aprobada. Y la gente dice: pero si sacamos 11 millones de votos. Sí, pero necesitaban más.

De otro lado, yo creo que es buscarle el ahogado río arriba. Es decir, que el verdadero estatuto anticorrupción es aplicar la Ley penal. Apliquemos el estatuto penal.

Eso que hicieron, ese gancho de decir que se lucha contra la corrupción bajándole el sueldo a los congresistas, eso no es. Eso es un debate distinto. Es un debate sobre la equidad en la distribución del ingreso, que hay que darlo, pero el que se gane un sueldo no tiene nada que ver con la corrupción.

Lo mismo pasa con los periodos. ¿Qué tiene que ver que un congresista permanezca tres, cuatro o cinco periodos? Por ejemplo, Robledo lleva seis, cinco periodos, y ojalá tenga más, porque es muy buen congresista. Y acá en Bogotá, un representante del Polo, que también es buenísimo: Navas Talero. En cambio el señor Bula, de Odebrecht, solo estuvo seis meses.