Menos política y más administración | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Junio de 2019
  • Legislatura en medio de las elecciones regionales
  • ¿División entre el presidente Duque y su mentor?

La próxima legislatura del Congreso de la República podría parecer a algunos poco promisoria. Cruzada por las elecciones regionales y municipales buena parte de la dedicación de los congresistas será para sacar avante a sus candidatos. De tal modo, es muy posible que la agenda legislativa no tenga mayor fuerza, ni se ocupe de los grandes temas nacionales.

No obstante, la idea de la nueva ministra de justicia, Margarita Cabello, de hacer una reforma por partes en esa materia, en particular para el ciudadano de a pie, resulta interesante. De hecho, no se necesita una sola ley de gran envergadura para proceder. Es factible combinar resoluciones, decretos y normativas parlamentarias que modifiquen aquellos aspectos que sean impostergables. En esa medida, lo que interesa es el consenso en la rama. Así como también es válido que la Ministra pueda utilizar su reconocida experticia en desenredar la madeja en muchos casos en los que se requieren actuaciones administrativas más que legislativas.

Por su parte, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, se ha comprometido con una reforma electoral, cuyas bases ya tiene adelantadas en un diálogo fluido con la Registraduría. Se trata de mejorar el ámbito de la política, que sigue siendo uno de los anhelos fundamentales de los colombianos.

De primer orden son, asimismo, los preparativos de la presentación de la reforma pensional que ha prometido la ministra de Trabajo, Alicia Arango. El Gobierno ha dicho que estará lista en diciembre de este año, por lo cual resulta atinente ir avanzado aquellos elementos que permitan crear una socialización adecuada y por anticipado, en un tema que promete ser bastante controvertido. Lo que importa en ese caso es evitar sorpresas y que la opinión pública esté debidamente enterada de como avanzan las discusiones internas a fin de medir la temperatura constante al proceso.

En igual sentido, es de la mayor importancia adelantar la segunda vuelta de la reforma a las regalías. Volver a una participación adecuada para los municipios minero-energéticos de los réditos extractivos es apenas lo justo. Si bien el sistema todavía vigente buscaba un equilibrio presupuestal entre todos los territorios nacionales, no es menos cierto que aquellos lugares que tienen vocación minera y petrolera deben tener derecho a un monto especial acordado de modo que puedan mejorar sus condiciones de inversión social con la propia producción y riqueza natural de sus zonas. Es apenas lo justo. De la misma trascendencia es la reforma al Sistema General de Participaciones. La ministra de educación, María Victoria Angulo, ha prometido construir una propuesta para mejorar de manera sostenible los esquemas de financiación en la educación pública.

A todo ello hay que sumar, por supuesto, los proyectos anticorrupción anunciados desde el exterior por el presidente Iván Duque. La mala sensación dejada en la legislatura que acaba de terminar, al respecto, debe ser prontamente resuelta so pena de que el Congreso de la República se mantenga en el ojo del huracán y alejado de toda sintonía con el clamor popular de afianzar las normas que permitan conjurar la falta de credibilidad a causa de la venenosa erosión institucional que causa la corrupción. De esa manera, se espera que el gobierno enfile todas sus baterías políticas en el Congreso y evitar lo que sucedió en el peloteo entre Cámara y Senado, “activando la demora” y llevando por esa vía al archivo de varias de las iniciativas que se presumían y son indispensables.

Pero lo que más interesa en la próxima legislatura no será, exclusivamente, el trabajo parlamentario, sino la capacidad del Ejecutivo para llevar a cabo las políticas públicas diseñadas en el Plan de Desarrollo y financiadas tanto en el Presupuesto General de la Nación como en la ley de financiamiento. Casi un año se tomó el trámite de aquellas normas, pero ya estando vigentes lo que interesa ahora es gobernar.

En ese sentido, resulta inocuo si el presidente Duque se separa de su mentor y de su partido, como por ejemplo lo ha sugerido la revista británica The Economist, como si esa propuesta fuera gran cosa, cuando hoy lo que verdaderamente interesa en Colombia es menos política y más administración. Ese podría ser el norte, en vez de las divisiones al interior del gobierno que algunos proponen de panacea.