Campanazo petrolero | El Nuevo Siglo
Viernes, 17 de Mayo de 2019
  • Más reservas pero horizonte continúa cercano
  • Es urgente aumentar exploración y producción

 

Uno de los temas que más ha preocupado al país en la última década es, sin duda, la posibilidad de que a corto plazo Colombia tenga que verse en la necesidad de importar petróleo, cuando su producción de hidrocarburos no alcance para garantizar la autosuficiencia en un tema con tantas implicaciones económicas y fiscales.

Este asunto volvió a ponerse sobre la mesa esta semana luego de que la Agencia Nacional de Hidrocarburos indicara que Colombia incrementó en casi un 10 por ciento sus reservas probadas de crudo entre 2017 y 2018, al pasar de 1.782 a 1.958 millones de barriles al cierre del año anterior. En consecuencia, según la entidad, la vida media útil de las reservas del país aumentó en cinco meses, al pasar de 5,7 años a 6,2 años.

Se trata de una buena noticia, sobre todo porque el último quinquenio no ha sido el mejor en materia petrolera, ya que la descolgada de los precios por largas etapas afectó el nivel de la producción de crudo en el país, al tiempo que disminuyó de forma sustancial las operaciones de sísmica, exploración y explotación de pozos en distintas partes del territorio. A ello hay que sumar que en el campo externo hubo un fuerte reacomodamiento de la oferta y demanda de crudo, ya fuera por cuestiones relacionadas con el aumento de la producción de Estados Unidos, como también por efectos de crisis geopolíticas en Medio Oriente y otras de más reciente data, como la quiebra de la industria petrolera en Venezuela por culpa de las políticas erradas y el saqueo perpetrado por la dictadura chavista. Por igual el cartel de la OPEP ha venido perdiendo mucho terreno en cuanto a otros países que no hacen parte de ese grupo de naciones productoras y hoy apenas si maneja una tercera parte de la oferta de crudo a nivel global.

En lo corrido de este año se ha visto un repunte de la cotización de los hidrocarburos en el ámbito mundial, no solo porque hay un pacto de los países productores para recortar sus ventas en un porcentaje determinado, sino porque problemáticas como las de Irán, Libia y Venezuela han vuelto mucho más voluble el mercado, en donde las apuestas a largo plazo sobre precios y evolución de la oferta y la demanda son altamente riesgosas.

Para Colombia, cuyos ingresos por divisas e impuestos continúan dependiendo en gran parte de las exportaciones de petróleo, esa tendencia al alza en el precio del barril, que lleva varios meses por encima de los 60 dólares en promedio, constituye un alivio en medio de una situación fiscal apretada, pero no es momento de lanzar las campanas al vuelo.

Por el contrario, lo que más preocupa de los datos revelados por la Agencia Nacional de Hidrocarburos es que el horizonte de autosuficiencia petrolera continúa siendo muy cercano, más aún porque el país no ha vuelto a acercarse de forma definitiva a la otrora meta base de producir un millón de barriles al día.

Es necesario, como bien lo indicara en entrevista publicada ayer por este Diario el presidente de la Asociación Colombia de Petróleo, redoblar las operaciones de sísmica y perforación de pozos, cuyo número todavía dista mucho del ideal que debería tener el país para poder aumentar de forma sustancial sus reservas en el corto plazo.

La propia Agencia recalcó en su informe de esta semana que el año pasado el país logró la incorporación de 492 millones de barriles a sus reservas probadas. Pero de ese total, 450 millones corresponden a reevaluaciones fruto del desarrollo de proyectos de recobro mejorado, producción incremental y factores económicos, y solo 42 millones son producto de nuevos descubrimientos.

Es claro, entonces, que una de las opciones que está sobre la mesa es la relativa a avanzar en los proyectos pilotos de explotación no convencional. En otras palabras, evaluar si es ambientalmente sostenible y rentable implementar en el país la tecnología de la búsqueda de crudo y gas mediante el fraccionamiento hidráulico, que en países como Estados Unidos ha dado buenos resultados pero que en otras partes del mundo está prohibida.

Lo importante, en todo caso, es que Colombia tome conciencia del campanazo dado esta semana. Si bien el nivel de reservas aumentó el tiempo de autosuficiencia en materia de hidrocarburos, el volumen de las mismas continúa siendo muy bajo y el fantasma de las importaciones sigue presente.