El deporte en tiempos del Covid 19 | El Nuevo Siglo
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Domingo, 29 de Marzo de 2020
Alejandro Munévar

Se cumplen 11 días desde que la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, decretó la cuarentena en la ciudad. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando por las buenas o por las malas a la situación que tenemos que vivir, un momento histórico, hay que decirlo, pues la verdad, nunca en la vida nos hubiéramos imaginado que tendríamos que quedarnos confinados en casa en estas épocas modernas.

Es más, haciendo memoria, en la historia reciente de Colombia los únicos días donde los colombianos se quedaban en casa eran los de votación, pero además de estos y quizá por momentos algunas familias durante la guerra de los 1.000 días en el país, al menos no nos había tocado vivir algo como esto. Caso distinto sucedió en Europa, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Polonia, que si saben lo que es que absolutamente todo se pare, claro en ese entonces fue por guerras bélicas. Hoy estamos en una guerra pero por salvar nuestras vidas, contra un enemigo prácticamente invisible.

La realidad es que por más que queramos verlo normal, la vida nos ha cambiado a todos, desde los más pequeños que, en algún momento soñaron con que un día sin más cancelaran las clases del colegio por unos días y no volver; los adultos que tuvieron que cambiar la rutina de ir al trabajo 9-10 horas y regresar a casa para no tener tiempo de compartir con la familia a tener que trabajar desde la comodidad del comedor del hogar y ver a su familia 20 de las 24 horas del día; los adultos mayores, ni hablar, antes de la cuarentena algunos se encontraban un poco olvidados, ahora reciben llamadas todos los días, pues absolutamente todos están pendientes de ellos.

En fin, el panorama nos cambió a todos, de cierta manera, en el trabajo, en lo personal, la cosa para mí no ha cambiado tanto, como ha sido usual en esta sección del periódico durante los últimos dos años nos hemos dedicado a contar las historias detrás de los triunfos y las derrotas, de cada uno de nuestros deportistas, a descubrir los buenos y también los malos manejos que se han dado en las federaciones deportivas, algo que sin lugar a dudas seguiremos haciendo.

Es en estos tiempos cuando nos damos cuenta que el periodismo deportivo no es solamente contar quiénes corren más rápido, quién metió más goles o, últimamente como se ha vuelto costumbre en algunos lugares por el afán de conseguir interacción en redes sociales, decir que están haciendo James o Messi en redes. Nos damos cuenta que el periodismo deportivo es mucho más que eso y hoy lo sufren algunos, pues ante la cancelación del rentado nacional del fútbol por ejemplo, el 80% de la programación deportiva del país se ve afectada, ya que, no tienen de que hablar, en parte no es culpa de los colegas, sino de la industria que no los deja hablar de algo diferente al fútbol.

Lo cierto es que el periodismo deportivo ha tenido que cambiar drásticamente en las últimas semanas. Los eventos por cancelar ya fueron cancelados así que más del tema no se puede hablar y ahora sí en vez de contar quien corrió más rápido o hizo más goles, los periodistas deportivos tendremos que contar las historias detrás de los protagonistas, esas historias que en su momento eran rechazadas por algunos editores, porque supuestamente no vendían, hoy son apreciadas y necesitadas, cosa que no pasa en estas página en donde desde el comienzo las directivas del periódico y los editores han alentado a encontrar y contar las historias detrás de nuestros deportistas.

Cambio de esquema

Durante los últimos días he tenido que cambiar mi esquema de abordar a los protagonistas de las medallas, de nuestro deporte, normalmente y en tiempos sin Covid 19, me podía desplazar hasta sus ciudades de origen, compartir con ellos un entrenamiento y tomar un refresco, charlábamos y me contaban sus historias, mientras íbamos compartiendo recuerdos y experiencias. Ahora la situación se ha vuelto un poco más complicada, porque a través de un teléfono se tiene que crear un vínculo y una confianza para poder llegar a lo más importante de la comunicación el momento en que el protagonista nos cuenta su historia de vida, se quita la máscara de héroe sin capa que lleva para protegerse del exterior y empieza a contar sus penas y sus glorias.

Es precisamente cuando se logra que los atletas se quiten la máscara y se abran a contar sus historias, cuando se entiende el valor de las victorias de estos personajes y se logra dar un valor verdadero a cada uno de sus triunfos. Verlos en el podio, cantando el himno nacional, mientras con lágrimas rodando por sus mejillas ven la bandera tricolor ondeando en lo más alto es solamente la punta del iceberg de la historia, estar allí es el final de un ciclo, pero la verdadera historia no es el color de la medalla sino la historia que hay tras ellas.

Durante las próximas semanas podrán encontrar en estas páginas algunas historias de vida fascinantes de nuestros campeones, como la del pesista colombiano que tras participar en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 fue notificado de que había ganado una medalla de bronce porque el oponente se había dopado, mientras lavaba su moto y no creía lo que había pasado, cuenta cómo dejó la moto botada para correr a ver en televisión la noticia y cuando a llegó a su casa estaba llena de periodistas, sin el saber si era real o mentira lo que le decían, conmovedora historia que cuenta mientras llora recordando la memoria de su padre a quien le había prometido una medalla antes de su muerte, de igual forma habla de su sueño y la meta que tiene de llegar a Tokio 2020 mientras devela algunas promesas que ha hecho a amigos y familiares de lo que espera hacer en tierras niponas.

Así mismo encontraremos la historia de un jugador de voleibol que salió del país muy joven con destino a Finlandia, apenas unos meses después de que decía sin pensarlo y de manera inconsciente que el ‘voley’ era un deporte para mujeres, pero que terminó siendo el suyo luego de que un tío, quien manejaba el equipo de fútbol lo dejará por fuera. Desde entonces ha recorrido Europa jugando, habla más de 5 idiomas y la próxima temporada “sí Dios y el virus lo permiten” estará jugando en Polonia, todo lo cuenta mientras que de fondo suena algo de salsa rosa, música que pone en casa para que su novia una francesa aprenda a hablar español.

Historias como la de la tiradora deportiva más joven del país que inició jugando golf con su abuela, pero apenas ella murió lo dejó y se dedicó a disparar en un polígono volviendo en poco tiempo en la mejor del país. Es la misma mujer que siendo una adolescente se paró y con fuerza frente a las decisiones de una federación que tomó algunas determinaciones cuestionables, lo hizo aun sabiendo que su futuro podía estar en riesgo.

En EL NUEVO SIGLO, lo estaremos acompañando durante la cuarentena, contando historias de vida, de superación, de victorias y derrotas. Animo falta un día menos para volver.