Un año después del anuncio del "cese definitivo" de la violencia de la organización armada ETA, los electores del País Vasco, próspera comunidad autónoma del norte de España, eligen mañana a su parlamento regional, en el que los independentistas serían la segunda fuerza.
Así, al término de estos comicios, al jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, deberá transigir con una cámara con fuerte componente independentista.
Un problema más para el dirigente conservador español, que ya hace frente al fervor separatista en Cataluña, próspera región del noreste del país donde la crisis económica alimenta el sentimiento nacionalista y que el 25 de noviembre también elegirá a su parlamento autonómico.
Ante el discurso soberanista del ejecutivo catalán y la perspectiva de un frente secesionista en el País Vasco, Rajoy advirtió recientemente: "El mayor error sería sumarle a una crisis económica una crisis política e institucional".
El presidente del gobierno español podría encontrar consuelo en su Galicia natal, comunidad autónoma del noroeste de España con 2,8 millones de habitantes, en la que los sondeos auguran una victoria a su formación, el Partido Popular (PP), que ya gobierna actualmente la región.
Pero su resultado podría ser peor que en los últimos comicios gallegos si la votación es utilizada como un plebiscito de sus políticas de austeridad. Es al menos lo que parecían temer los responsables locales, que tomaron la precaución de distanciarse de Rajoy durante la campaña.
En el País Vasco, una región de 2,2 millones de habitantes, los nacionalistas moderados del PNV obtendrían entre 24 y 28 escaños, de un total de 75, según los sondeos.
Incluso sin mayoría absoluta deberían, mediante alianzas, retomar las riendas de un gobierno que en 2009 tuvieron que ceder a los socialistas por primera vez en más de 30 años.
Pero la atención estará sobre todo centrada en el resultado de la nueva coalición independentista, Euskal Herria Bildu (EH Bildu), a quien los sondeos predicen una entrada triunfal en el parlamento vasco, con 20 a 25 diputados, lo que los convertiría en la segunda fuerza regional.
Será bajo esta coalición como los antiguos miembros de Batasuna -ex brazo político de ETA ilegalizado en España en 2003- confirmen su retorno, iniciado en comicios locales y nacionales en 2011, tras haberse distanciado de la violencia.
Los candidatos de esta izquierda radical se presentan, como independientes, junto a los de los partidos Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternatiba, que siempre rechazaron la violencia.
Queda un gran interrogante. Si se confirman los sondeos ¿con quién se aliará el PNV para gobernar?
Domínguez apuesta por pactos puntuales, pero para Antón Losada, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Santiago de Compostela, el PNV "no va a tener más remedio que buscar una alianza estable"./AFP