Incrementa presión para excluir a partidarios de Gadafi | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Abril de 2013

Los milicianos que desde el domingo rodean el ministerio de Relaciones Exteriores de Libia extendieron el martes su acción al ministerio de Justicia para pedir la exclusión política de los ex colaboradores del régimen de Muamar Gadafi, en un movimiento de protesta armado que podría paralizar al gobierno.

 

"Varios hombres armados a bordo de vehículos equipados de cañones antiaéreos rodearon esta mañana la sede del ministerio de Justicia", declaró a la AFP Walid Ben Rabha, jefe de la oficina de información de dicho ministerio. "Ellos pidieron al ministro y al personal presente que dejaran sus oficinas y cerraron el ministerio", precisó.

Según un fotógrafo de la AFP en el lugar, más de 20 camionetas armadas con ametralladoras o cañones antiaéreos y lanzacohetes impedían el acceso al inmueble.

 

Los manifestantes agitaban carteles en los cuales habían escrito consignas llamando a "purgar" las instituciones del Estado de los ex responsables del régimen de Muamar Gadafi.

Estas acciones que tienen lugar algunos meses después de una relativa calma, ilustran nuevamente la incapacidad de las nuevas autoridades para restablecer el orden en el país después de la caída del antiguo régimen y la muerte de Gadafi, en octubre de 2011.

 

Los milicianos que sitian desde el domingo el ministerio de Relaciones Exteriores ya habían amenazado con ampliar su acción a otras instituciones del Estado si sus reivindicaciones no eran satisfechas.

Ellos exigen que el Congreso General Nacional (CGN) vote un controvertido proyecto de ley sobre la exclusión política de los ex colaboradores del régimen de Gadafi.

Este proyecto de ley, discutido en varias oportunidades en el CGN, la principal autoridad política de Libia, perturba al sector político, pues podría afectar a varios altos responsables del país.

Ante estas presiones, el CGN anunció que suspendía sus sesiones plenarias hasta el domingo próximo, para permitir que los bloques políticos de la Asamblea examinen el proyecto de ley y tratar de llegar a un compromiso.

El lunes, el ministerio de Finanzas fue ocupado brevemente por los milicianos, mientras los oficiales de policía que reclamaban aumentos salariales y ascensos habían tomado por asalto, como la víspera, el edificio del ministerio del Interior.

 

Por otra parte, desde el lunes se registran enfrentamientos entre dos tribus en el oeste del país, después de una querella entre dos hombres.

El martes continuaban los combates con armas pesadas entre las ciudades de Tiji y Nalut, a 200 km al suroeste de Trípoli, según testigos.

Estos incidentes ponen en evidencia una escalada de la violencia desde hace algunos días en el país, donde un atentado con coche bomba contra la embajada de Francia en Trípoli dejó el 23 de abril dos heridos entre los gendarmes franceses e importantes daños materiales.

 

Por otra parte, se han reanudado los ataques contra los servicios de seguridad en el este del país, donde una comisaría de policía fue blanco de un atentado el sábado, después de una tregua relativa desde comienzos de este año.

La escalada de la violencia ilustra la incapacidad de las autoridades de transición para restablecer el orden en este país donde existen milicias fuertemente armadas con diversas ideologías y motivaciones.

 

La formación de un ejército y de organismos de seguridad demora en concretarse, lo que permite imponerse a estas milicias que contribuyeron a derrocar al régimen de Gadafi cuando consideran que sus intereses están amenazados.