Como "inaceptable e inadmisible" calificó el Partido de Alianza Verde la demora de la Registraduría Nacional para entregar los resultados finales de la consulta interna que hizo la colectividad para escoger su candidato presidencial.
"A esta hora no sabemos el resultado final, sólo conocemos el 60 %, cuando en el 2010 la Registraduría entregó dichos resultados dos horas después de cerradas las urnas, pese a que fueron dos consultas las que en ese entonces se realizaron" dijo la Alianza en un comunicado en horas de la mañana.
"No quisiéramos pensar que la Registraduría deliberadamente pretenda opacar el impacto de una consulta que según las proyecciones, a pesar de los obstáculos, puede llegar a una participación de cuatro millones de colombianos", manifestó la misiva.
Entre tanto la Registraduría Nacional sostiene que la tardanza en el conteo de los votos se debe a que la consulta "es un servicio" que la organización electoral "le presta a los partidos".
A esta hora, según el último boletín de la Registraduría (6:28 p.m.), 71.508 mesas han sido informadas (75.22%). De acuerdo con este reporte, Enrique Peñalosa logra 1.629.216 votos, seguido por Camilo Romero 576.927 y John Sudarsky 286.328.
¿Por qué tan alta la votación?
Hay varias hipótesis que pueden explicar la alta votación que sumó la consulta de un partido relativamente nuevo, toda vez que resultó de la fusión entre el Partido Verde, que en 2010 fue, con Antanas Mockus, contendor de Juan Manuel Santos en la contienda presidencial, y el sector de Progresistas, una facción que se escindió del Polo y sigue las directrices del alcalde Petro.
En primer lugar, que muchas personas que no pertenecen a la Alianza decidieron votar en la consulta y, sin duda alguna, el más conocido de los tres precandidatos es el exalcalde Peñalosa.
También se especulaba esta madrugada en torno a que el uribismo pudo haberle dado a sus bases la instrucción de votar en la consulta verde, con el fin de impulsar la candidatura de Peñalosa, pues de los rivales que hoy tiene el presidente-candidato Santos, el exalcalde de Bogotá es precisamente el que más repunta en las encuestas, incluso poniéndose por encima del aspirante del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga.
No hay que olvidar que en las últimas semanas se ha planteado en las toldas antisantistas que la ventaja que el Jefe de Estado tiene en los sondeos es tan amplia que se requiere un candidato fuerte para hacerle contrapeso, y que esa ficha podría ser, precisamente, Peñalosa, pues podría atraer respaldos de distintos sectores de izquierda, centro y derecha.
También es claro que hay quienes ven en el exalcalde una opción de alternativa a la polarización entre el santismo y el uribismo.
¿Y ahora?
Por el momento es claro que Peñalosa con una votación tan alta en la consulta entra pisando duro en el partidor de los presidenciables, pues ni Zuluaga, Marta Lucía Ramírez, Clara López ni Aída Avella pueden presentar ante el electorado un ‘plante’ tan alto y reciente como el haber sumado –según las proyecciones- más de un millón de votos en una consulta interna.
Es evidente, también, que Peñalosa tratará de aprovechar esta coyuntura electoral para tratar de resucitar la llamada “ola verde” que hace cuatro años catapultó a Mockus no sólo a pasar a la segunda vuelta con Santos, sino que en determinado momento lo mostraba, en las encuestas, como un firme candidato a ocupar la Casa de Nariño. Otra cosa es que por errores propios del matemático y filósofo de ascendencia lituana, su campaña pronto empezó a perder eco y, al final, el hoy Jefe de Estado lo superó fácilmente en la segunda vuelta.
Para no pocos analistas es muy posible también que Peñalosa se dirija ahora a tratar de convertirse en la alternativa política que los partidarios del voto en blanco andan buscando afanosamente a menos de 80 días de la cita en las urnas para escoger primer mandatario.
Como se sabe, el voto en blanco se ha convertido en una incógnita para la opinión pública y los analistas, toda vez que en las encuestas aparece con porcentajes que oscilan entre el 20 y el 40%, sin que hasta el momento se haya podido esclarecer si ese volumen de personas corresponde a ciudadanos que ya decidieron que no van a votar por ninguno de los candidatos sobre el tapete o, en realidad, son ciudadanos que se encuentran todavía indecisos y esperan que entre la recta final de la campaña para inclinarse por una u otra opción.
Por lo pronto, Peñalosa y el partido Alianza Verde tendrán que analizar con cabeza fría lo que pasó en la consulta y cómo evitar que esos votos se diluyan o se vayan para otra parte el 25 de mayo.
Como se dijo, lo peor que le podría pasar al exalcalde de Bogotá es que, al igual que le ocurrió a Mockus en 2010, la “ola verde” termine diluyéndose sin que nadie sepa por qué y a qué horas.