Después de dos décadas de litigios jurídicos, ayer la prolongación de la carrera 11 entre las calles 100 y 106 entró al servicio de la ciudad luego de superar una carrera de obstáculos para su construcción. Con este nuevo corredor entre la calle 64 a la 127 genera que en diciembre se eliminaría el reversible de la Carrera Séptima.
El objetivo de eliminar el reversible en la Carrera Séptima es que la Carrera 11 cambiaría de forma definitiva a dos sentidos desde la Calle 100 hacia el sur -actualmente la Carrera 11 solo opera en sentido norte-sur-.
"La demora de modificación de la fecha de cambio de la Carrera 11 a dos sentidos y la eliminación del reversible es hasta que el Acueducto finalice las obras que está adelantando por un hundimiento en la vía, obras que tienen cerrados dos carriles", explicó María Constanza García, secretaria Distrital de Movilidad.
Tras la construcción de la Carera 11 se transformó el entorno del Cantón Norte y su área de influencia, ya que en este sector no existía, era una vía local que cruzaba el barrio Francisco Miranda hasta la calle 106, punto en donde se estrellaba de frente con el muro de las instalaciones de la PM 15 (Policía Militar), situación que cambió de manera radical, pues la otrora calle de barrio fue convertida en un corredor continuo de dos calzadas, que desde la calle 127 comunica el norte con Chapinero en la calle 64, en donde se toma la carrera 13 para ir hasta el centro de la ciudad.
La esperada obra de la carrera 11 entre las calles 100 y la 106 fue puesta al servicio ayer después de casi 20 años de haber sido ordenada la adquisición de los predios del Cantón Norte por parte del Concejo de Bogotá mediante el Acuerdo 25 de 1995.
En términos prácticos significa que esta vía conecta la localidad de Usaquén desde la calle 127 a la calle 64 en la localidad de Chapinero, frente al parque de Lourdes. A partir de ahora se convierte en otro eje articulador de movilidad para la ciudad.
Para lograr esto, el distrito emprendió además de la compra de los 21.000 metros cuadrados del predio del Cantón Norte, la construcción tanto del puente vehicular que levanta la carrera 11 sobre la avenida Novena, como el tramo faltante de la vía entre las calles 100 y 106, con una inversión superior a los 100 mil millones de pesos, incluida la interventoría. De esta cifra hacen parte los 18.000 millones de pesos de la prolongación de la carrera 11 entre las calles 100 y 106.
Dentro de las características de las obras se destaca que la vía tiene una longitud de 650 metros, dos calzadas de tres carriles cada una, amplios andenes tipo alameda y ciclorruta en el costado occidental.
Para su ejecución se intervinieron las redes de servicios públicos de alcantarillado y acueducto, energía y telemáticos. Como un aporte al tema ambiental durante el desarrollo de las obras, se determinó la reutilización de materiales de demolición entre otros, además de 320 metros cúbicos de pavimento asfaltico, producto del grano de caucho reciclado de llantas.
Las obras civiles fueron financiadas a través del cobro de la contribución de valorización local, acuerdos 25 de 1995 (la prolongación propiamente dicha) y 180 de 2005 (puente vehicular de la Carrera 11 con 9º).
La carrera 11 como tal fue concebida en diversas normas, entre estas el Plan Vial, Acuerdo 2 del 80, el cual fue derogado por el artículo 517 del Decreto Distrital 619 de 2000, mediante el cual se adoptó el nuevo Plan Vial del distrito.
La ejecución del proyecto estuvo a cargo del Consorcio “Alianza Once” conformado por Yamill Sabbagh, Urbe Construcciones y Obras Públicas S.L., con la interventoría del Consorcio “Inter Malla Vial 017”, conformado por Vladimir Polo Paz, GNG Ingeniería SAS y Luis Guillermo Narváez.
Con la construcción de la obra se benefician de manera directa los residentes de los sectores Chicó, Rincón del Chicó, Mochuelo y Santa Bárbara, y la población en general, ya que se genera un corredor alterno a la carrera Séptima y Novena.