La "intervención armada contra civiles que manifiestan" a favor del presidente egipcio derrocado Mohamed Mursi es "inaceptable", condenó el jefe de Estado turco, Abdulá Gul, al igual que otros países.
"Lo que pasó en Egipto, esta intervención armada contra civiles que se manifiestan, no puede de ninguna manera ser aceptada", declaró Gul en Ankara. El presidente turco, que expresó su temor de que la situación degenere en un conflicto similar al de Siria, exhortó a todas las partes a actuar con calma.
El gobierno turco exigió en un comunicado la intervención de la comunidad internacional para detener la masacre.
"La comunidad internacional, con el Consejo de Seguridad de la ONU y la Liga Árabe a la cabeza, deben pasar a los hechos de inmediato para detener la masacre", señaló el texto de la oficina del primer ministro turco, el islamista conservador Recep Tayyip Erdogan.
Una 300 personas se reunieron en Ankara, convocadas por organizaciones islamistas, ante la embajada egipcia para denunciar la intervención en El Cairo, en la que han muerto más de un centenar de personas.
Irán también condenó la "matanza" de Egipto y advirtió de "sus graves consecuencias", en un comunicado publicado por la agencia Fars.
Catar, principal apoyo de los Hermanos Musulmanes egipcios, "denunció con fuerza el método usado contra los manifestantes pacíficos (...) que costó la vida a un número de inocentes sin armas", declaró un portavoz de Exteriores.
"Estamos siguiendo la situación en Egipto como mucha preocupación", indicó por su parte Peter Stano, portavoz de la representante de Exteriores de la Unión Europea, Catherine Ashton. "Llamamos a ambas partes a la máxima templanza".
Otras potencias occidentales como Alemania y Reino Unido condenaron el uso de la fuerza y llamaron a la calma, mientras Suecia denunció la "responsabilidad principal" del régimen en "las matanzas y la violencia en Egipto", indicó en su cuenta Twitter el ministro de Exteriores, Carl Bildt.