Por: Pablo Uribe Ruan
Ranieri es el típico técnico italiano, criticado pero amado, resultadista y polémico. Ha ganado títulos en Italia y España, pero continuamente es debatido por la opinión y la hinchada por su manera de ver el fútbol.
Junto a Lippi y Trapattoni, mantiene intacta las ideas de un juego defensivo, poco propositivo, en búsqueda de la solidez defensiva y la capacidad de contraatacar. Es un fiel admirador del “Catenaccio” y uno de sus mayores exponentes. A cada equipo al que llega le imprime su sello con un fútbol poco elaborado, que tiende a dejar a un lado al de las ideas (miren cómo le fue con Totti en la Roma).
Con su precedente llegó al Mónaco hace tres meses, y trajo a James y a Falcao. A los dos les sonó la idea, nueva liga, nuevo proyecto, en un equipo al que le inyectaron bastante dinero. Sin embargo, jugadas tres fechas, empiezan las dudas, sobre todo por el lado de James, ¿qué tanto va a jugar en el esquema de Claudio?
En el empate contra Tolouse, Ranieri mandó al banco a James. No me cabe la menor duda que fue una decisión futbolística, el italiano prefiere jugadores metelones por encima de los que crean juego. Es un tema de estilo. Si se va a jugar al contraataque hay que montar una muralla que defienda en bloque y haga una transición rápida al ataque. Ahí no cabe James, o si cabe, ejerciendo una función que no es la suya, marcar.
Van sólo tres fechas, puede que esté probando diferentes alternativas. Igual, es claro que el fútbol de Ranieri es distinto al que venía acostumbrado James en el Porto.
Eso sí, por favor Claudio, por el bien de la selección, alinee a James, de lo que sea, pero póngalo a jugar. Lo necesitamos.