De la misma manera el episcopado nacional invitó a los colombianos s marchar este martes en contra del secuestro y la violencia.

Hizo un llamado al jefe máximo de las Farc, alias ‘Timochenko’, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Monseñor Juan Vicente Córdoba, para que deje en libertad a los secuestrados que aun están en poder de las Farc y comiencen a abrir caminos de paz.

"Le queremos decir a él ('Timochenko'), que ha estado tanto tiempo en las montañas y en esta lucha, un momentico de reflexión, de sosiego y paz en el corazón. Un momento de humanidad para entrar en contacto con nosotros. Le tendemos la mano a 'Timochenko', los obispos de Colombia le decimos: queremos hacer la paz en conjunto; no los juzgamos (a los guerrilleros), no queremos que los maten, los queremos incluir en la sociedad. Los perdonamos, pero por favor, que cese la violencia y cambiemos el corazón de piedra por un corazón de amor", dijo el eclesiástico.

El representante de la Iglesia envió el mensaje en medio del anuncio de la visita al país de las reliquias de Juan Pablo II, las cuales serán enviadas por el papa Benedicto XVI el 20 de enero, como un gesto de apoyo y solidaridad con los secuestrados y sus familias.

Le Iglesia insistió en el acto, al cual asistieron los familiares de los secuestrados, que siempre ha estado a favor con el intercambio humanitario, para lo cual está presta a facilitar puentes de diálogo entre el Gobierno y la guerrilla.

"La Iglesia está pronta, solícita y presta hasta que el presidente de la República nos conceda la orden de facilitar estos diálogos", afirmó Monseñor Córdoba, haciendo énfasis en la necesidad de que solamente se hagan rescates militares cuando se tenga un ciento por ciento de seguridad  sobre la preservación de la vida de los secuestrados.

"El ideal es que no tengamos sangre ni muerte, que nos devuelvan a nuestros secuestrados; que los intentos (de rescate militar) se hagan con plena seguridad de que no va a haber más víctimas. Que se hagan con plena seguridad de éxito, de lo contrario, no; que se traiga vivos a los unos y a los otros”, recalcó.