Los temores de que los 43 estudiantes desaparecidos desde septiembre en el sur de México hayan sido masacrados se agudizaron después de que fueran identificados los restos de uno de los jóvenes, llorado por su familia entre reclamos de justicia.
El procurador general de México, Jesús Murillo Karam, confirmó que los resultados genéticos de restos calcinados corresponden a uno de los 43 estudiantes desaparecidos, lo cual robustece la teoría de que fueron asesinados y quemados por un grupo del narcotráfico, tal y como lo confesaron los sicarios de Guerreros Unidos que fueron detenidos.
Señaló que la Universidad de Innsbruck de Austria, a donde se llevaron 17 muestras de restos, entregó el 4 de diciembre resultados que concluyen que al menos uno corresponde al joven Alexander Mora Venancio.
Agregó que hasta ahora han sido detenidas 80 personas, 44 de ellos policías municipales y que se continúan las investigaciones para encontrar a todos los culpables.
Más de dos meses después de la desaparición de los estudiantes de magisterio, estas son las primeras pruebas concretas sobre el destino que sufrieron, en un caso que ha generado una crisis política en el país.
Los restos del joven Alexander Mora, de 19 años y el pequeño de ocho hermanos, fueron encontrados en la misma zona del estado de Guerrero (sur) donde sicarios de un cartel narcotraficante declararon haber asesinado a los jóvenes e incinerado sus cuerpos.
En su humilde vivienda de la comunidad de El Pericón (Guerrero), la familia de Alexander lo recordaba como un joven alegre cuyo sueño era ser maestro para sacar adelante a su viudo padre.
"Alexander fue el único de los hijos que quiso salir. Decidió irse a estudiar porque su sueño era formarse como maestro y ni modo, le quitaron la vida", explica afligido su padre en su diminuta casa de dos cuartos.
En su memoria prepararon un pequeño altar con velas, varias fotografías del muchacho y una playera de fútbol, su gran pasión junto a la lectura, recuerdan.
"Que se haga justicia porque esto no se puede quedar así. Mi hermano no era un animal como lo mataron. Era un niño inocente que no sabía nada de la vida, no era un drogadicto", reclamó Edith, la hermana de Alexander.
A El Pericón, una empobrecida comunidad montañosa de 1.800 habitantes, no ha llegado ni ha llamado ningún representante del gobierno, lamentan.
La identificación fue realizada por un prestigioso laboratorio de Austria y ahora su padre está a la espera de que le envíen los restos de su hijo, apenas un hueso y una muela, para darles sepultura.
"Somos gente humilde que vivimos del campo. Queremos darle un sepelio como se hace aquí, honradamente, pobremente", explica su hermana Edith.
En el caso de que los 43 estudiantes hayan sido asesinados, sería una de las peores masacres de la violencia que vive México desde el lanzamiento de una ofensiva militar contra el narcotráfico en 2006. Más de 80.000 personas han sido asesinadas y 22.000 desaparecidas desde entonces.
La desaparición de los estudiantes mereció la condena internacional y exhibió de nuevo la profunda infiltración del narcotráfico en autoridades mexicanas.
En este contexto de indignación nacional y fuertes protestas por el crimen, Peña Nieto se apresta a recibir a jefes de Estado de América Latina, España y Portugal en la XXIV Cumbre Iberoamericana de Veracruz hoy y mañana.
Algunos presidentes ya se encuentran en territorio mexicano, como el uruguayo José Mujica, quien tuvo en noviembre un incidente diplomático con México al decir en una entrevista que la situación de ese país es "terrible" y que pareciera que fuese "una especie de Estado fallido", aunque después el mandatario rectificó.
Como los demás desaparecidos, Alexander estudiaba en una escuela de la comunidad de Ayotzinapa (Guerrero) para formarse como maestro y dar clase en áreas rurales del empobrecido Guerrero.
Los padres aseguran que no cesarán su búsqueda y sus protestas contra el gobierno hasta encontrar a los otros 42 estudiantes./EL NUEVO SIGLO – AFP