Hoy se disputará el séptimo y definitivo encuentro de la final del deporte rey de Estados Unidos que ha sido una montaña rusa llena de alegrías y tristezas. Los Miami Heat igualaron la serie 3-3 contra los San Antonio, en un agónico partido que se definió en los últimos segundos del encuentro.
El partido se jugará en el American Airlines Arena, hogar de los Miami Heat, en el que sus hinchas podrían ver alzar por tercera vez el campeonato de la NBA, sumándose a los conseguidos en 2006 y 2012, o podrían ver a su equipo caer en su hogar.
Por su parte, los San Antonio saldrán a la cancha para vencer de nuevo a los Heat en su estadio, como ya lo consiguieron en el primer partido cuando triunfaron 92-88. De ganar los Spurs llegarían a los cinco campeonatos, agregando a la estantería uno más y en la que reposan los de 1999, 2003, 2005 y 2007.
El sexto partido fue uno de los más apretados de todos los encuentros. A pesar de que los enfrentamientos han sido toda una montaña rusa por la disparidad de los juegos en los que se ha visto triunfar con gran superioridad a un equipo, luego al otro y después ir de par a par, este definía al nuevo campeón o por el contrario obligar a un último partido, como sucedió.
Cuando los dirigidos por Gregg Popovich estaban a 5,2 segundos de alzar la copa por quinta vez, un brillante triple de Ray Allen, cuando su equipo estaba con un marcador adverso de 92-95 obligó a que el partido se fuera a tiempo extra, convirtiendo el estadio en una casa de locos, y una vez allí superaron a San Antonio que ya se sentían campeones.
En los primeros cuatro tiempos todo había sido parejo hasta que comenzaron los extras. Una vez en el tiempo de alargue el gran juego que había logrado Tim Duncan, quien cerró con 30 puntos y 17 rebotes, se fue a la basura. Una brillante presentación de LeBron James, Ray Allen y Chris Bosh de los locales, opacaron la visita en un juego inesperado.
En el complementario, Bosh realizó sendos bloqueos a Tony Parker y al escopetero Danny Green, y Allen encestó cuatro puntos, incluyendo dos tiros libres con 1,9 segundos por jugar, que redondearon el pizarrón y le dieron a Miami empate 3-3 en la serie, con la posibilidad de jugar hoy el partido decisivo.
"Fue un juego de mil demonios. Un juego de tiempo extra. Un juego de errores. Y ellos terminaron en el bando ganador", se lamentó Popovich.
Por su parte el argentino Manu Ginóbili con su mirada acongojada señaló: "Estuvimos a 5 segundos de ganar el título, pero fallamos tiros claves y ellos jugaron una buena defensa. Ahora tenemos que salir a pelear el séptimo”.