“Este es un día para incluir a todas” las personas afectadas por el conflicto armado: Olga Lucía Gómez, de País Libre.
En pleno sesionará hoy el Congreso para dar cumplimiento al Día de la Memoria y Solidaridad con las víctimas del conflicto armado colombiano.
La ley de víctimas estableció este día para que el Estado colombiano realice “eventos de memoria y de reconocimiento de los hechos que han victimizado a los colombianos y colombianas”.
Hoy, cuando Colombia empieza a pensar en el significado de este día nacional, algunas víctimas y organizaciones sociales consideran que éste es un llamado a la movilización de la sociedad, un día para que las víctimas sean escuchadas, para obtener respuestas del Estado y para crear acercamientos en una sociedad altamente dividida.
Voz a las víctimas
“Personalmente, este día lo vengo conmemorando hace 27 años, cada Viernes Santo, a raíz de todo lo padecido por Luis Fernando, mi hijo mayor, detenido-desaparecido, sometido a torturas, a toda clase de tratos crueles. Luis Fernando fue ejecutado extrajudicialmente el 4 de octubre de 1984 por una Patrulla Militar, despojado de su identidad y convertido en un N.N. Jacinto”, expresó Fabiola Lalinde, quien tras luchar durante más de 20 años para conseguir justicia se ha convertido en un ejemplo a seguir para muchas víctimas.
Para la señora Lalinde, “solamente quienes hemos padecido estas experiencias en nuestras familias sabemos lo que ello significa y lo que representa la solidaridad, una especie de cirineos que nos ayudan a cargar la pesada cruz de la adversidad y a mantener viva la memoria de nuestras víctimas a través de sus documentales, galerías y demás medios alternativos”.
Mientras algunos hacen referencia a la solidaridad de la sociedad civil, otros, como Claudia Girón de la Fundación Manuel Cepeda, cuestionan “la concepción de solidaridad mal entendida de la ley de víctimas”. Para Girón, no es la solidaridad sino la responsabilidad la que debe dar sustento a la Ley y al Día Nacional de las Víctimas: “Es hora de darnos cuenta de que el problema no es solo un asunto de víctimas y victimarios mientras el Estado generosamente ayuda a unas víctimas. Este es un día para reconocer que son víctimas de la negación de la oposición, del pensar distinto y de las propuestas de vivir distinto”.
En ese sentido, reclaman de la sociedad una manifestación generalizada de rechazo a las prácticas cometidas por actores ilegales y por parte de los agentes estatales “como los falsos positivos, el secuestro, las desapariciones forzadas, las torturas y asesinatos, las miles de familias que han sido desplazadas de sus tierras y los perseguidos por hacer oposición”, dice Héctor Beltrán, padre de una de las personas desaparecidas en el Palacio de Justicia.
Todas las víctimas
También para País Libre, organización que trabaja por las víctimas del secuestro, “este es un día para incluir a todas las víctimas. En Colombia aún nos falta cristalizar el sentido de la memoria y reconocer las distintas atrocidades de la guerra, para darle mayor sentido a lo que hemos vivido”, dice su directora, Olga Lucía Gómez.
A su vez, el Día Nacional de las Víctimas es una fecha para revisar la manera como el país afronta el daño causado a las víctimas y a la sociedad. “La complicidad y el silencio han erosionado el tejido social, profundizado las históricas desconfianzas entre diversos sectores de la sociedad y debilitando los consensos. La democracia colombiana ha sido asaltada por los intereses particulares, legales e ilegales, y el Estado, en varias regiones, ha sido cooptado para favorecerlos. Sólo si develamos y enfrentamos esta realidad podremos emprender un camino cierto de reconstrucción de la confianza entre los ciudadanos y el Estado y entre los ciudadanos mismos. Este debe ser el objetivo estratégico de los esfuerzos que ha emprendido el Gobierno y el Estado en el marco de la justicia transicional”, afirmó María Camila Moreno, directora del Programa Colombia del Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ).
Congreso pleno
Al Congreso pleno están invitados, además de los senadores y representantes, el Presidente y el Vicepresidente, los ministros, los magistrados de las altas Cortes, los organismos de control y fiscalización, organizaciones de derechos humanos, organismos internacionales, la jerarquía católica, representantes de los gremios, la educación, el sindicalismo, entre otros.
Durante la jornada permanente, además de las intervenciones de los presidentes del Senado y la Cámara, aproximadamente 40 voceros de los niños y niñas en la guerra, la mujer en la guerra, los indígenas, los desplazados, los afrodescendientes, los campesinos, los secuestrados, los presos políticos, la población LGTB dentro del conflicto armado, también expondrán sus puntos de vista sobre la problemática que vive el país.
Políticas en Bogotá
Por su parte, y a propósito del Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, Ricardo María Cañón, personero de Bogotá aseguró que “se será muy exigente en las responsabilidades que se deriven en la supervisión y vigilancia de los contratos por los cuales se vinculan a operadores en el sistema de atención a víctimas”, luego que la personería hallara irregularidades en la atención a las víctimas en la ciudad capital.
Cañón, le solicitó además a la Administración Distrital un compromiso mayor y un juste definitivo a las políticas que se tienen actualmente sobre la materia en Bogotá. Con esto, se hace un llamado para que las Unidades de Atención y Orientación para la población desplazada (UAOs) cumplan con los parámetros sobre la aplicación de políticas para la atención a la comunidad vulnerable.