En el marco del XIX Encuentro de la Jurisdicción Contencioso Administrativa que se celebra en Cali, ayer el Consejo de Estado advirtió que los centros hospitalarios deben responder por las infecciones que los pacientes contraen durante su permanencia en las instituciones de salud y que ponen en grave riesgo su vida.
La Sección Tercera, con ponencia del magistrado Danilo Rojas Betancourth, señaló que si bien las infecciones pueden llegar a ser irresistibles, no son imprevisibles pues constituyen un riesgo conocido por la ciencia médica, lo cual las hace prevenibles y controlables.
El pronunciamiento fue hecho al condenar al Instituto de Seguros Sociales por la meningitis que contrajo un menor de edad, mientras estuvo hospitalizado en la Clínica del Niño, a donde ingresó el 6 de junio de 1999 por una otitis media aguda y una bronconeumonía.
La meningitis fue causada por la bacteria klebsiella neumoniae multiresistente, que es de carácter intrahospitalario, la cual le ocasionó al menor daño cerebral y alteró de forma grave su desarrollo psico-motriz.
La Sala considera que las infecciones hospitalarias no pueden ser calificadas como casos fortuitos porque no son ajenas a la prestación del servicio público de salud.
“Está en manos de las entidades hospitalarias adoptar todas las medidas establecidas en los protocolos diseñados por las autoridades competentes a efectos de reducir los riesgos que comporta para los pacientes, en especial para aquellos que resultan más vulnerables como los niños, las personas de la tercera edad y quienes padecen de enfermedades crónicas, el uso de cierto instrumental médico, la permanencia prolongada en los establecimientos hospitalarios y el contacto directo o indirecto con otros pacientes infectados”, indica la sentencia.
El fallo hace un llamado a las autoridades encargadas del control en la prestación de los servicios de salud para que vigilen la incidencia de las infecciones en los centros hospitalarios, tanto de carácter público como privado, con el fin de promover la implementación de estrategias para identificar las prácticas en la atención clínica que favorecen la aparición del riesgo de este tipo de infecciones y que repercuten negativamente en los indicadores de calidad de la atención en salud.