A Luis Fernando Suárez, el seleccionador de Honduras, le duele el estómago antes de los partidos. Dice que duerme bien la noche antes, pero que a medida que la hora se acerca y le espera el césped, la responsabilidad y las cámaras, la tensión lo atenaza.
"Creo que lo manejo bien, porque si no lo siento, es que estoy muerto", reconoce sonriendo.
Lejos del revuelo que rodea a otras selecciones bajo el foco mediático, en la sala de prensa del centro de entrenamiento de Porto Feliz (a 130 kilómetros de Sao Paulo) hay una veintena de periodistas que siguen el periplo de Honduras en Brasil, la mayoría llegados del país centroamericano, donde se vive una gran pasión por el fútbol.
En esta tranquila ciudad del interior paulista, el Mundial queda tan cerca y tan lejos como Honduras de su clasificación a la siguiente fase.
Para lograrlo, el equipo centroamericano debe vencer a Ecuador este viernes en Curitiba.
Antes de que empiece el partido Suárez no estrechará la mano del entrenador contrario, sino que probablemente le dará un abrazo a su amigo Reinaldo Rueda.
Ambos son colombianos, con apenas dos años de diferencia y se da el hecho curioso de que los dos ya han disputado un Mundial sentados en el banquillo contrario.
"Cuando nos encontremos, seguramente nos va a dar alegría vernos, somos amigos. Pero luego, después del abrazo, él se irá pensando sólo en ganarle a Honduras y yo pensaré únicamente en vencer a Ecuador, aunque haya vivido allí 8 ó 10 años muy gratos para mí", asegura Suárez.
- Nuevo Ecuador -
El entrenador nacido en Medellín en 1959 recaló en Ecuador en 2003 para dirigir al Aucas, y en 2006 llevó a la selección del centro del Mundo hasta la segunda fase por primera vez en su historia, donde cayó ante Inglaterra.
"Hace ocho años que no estoy allá. Un indicativo de lo que ha mejorado Ecuador es que de los 23 que están en este Mundial, hay sólo tres que estuvieron conmigo: Antonio Valencia, Edison Méndez y Jorge Guagua", afirma con un cierto cariño en su voz.
Pero Suárez sabe muy bien dónde está ahora. Desde que en 2011 se comprometió en llevar a Honduras hasta Brasil, le ha dado tiempo a explorar un país que no es fácil, conocido mundialmente por su tasa récord de homicidios.
"Honduras tiene mucho por conseguir y todavía está en un peldaño muy bajo en el fútbol. Tiene un recorrido largo (por delante) y nosotros no podemos bajarnos ni pensar en cambiar nuestro estilo y nuestra forma de jugar por determinadas críticas que nos hagan", afirma 'el Profesor' sobre los comentarios del seleccionador de Francia, Didier Deschamps, que tildó a Honduras de equipo "agresivo" antes de que los galos le endosaran tres goles a los 'catrachos' el domingo en Porto Alegre.
"Nuestro equipo tiene intensidad y actitud. Tiene ganas de no perder una sola pelota. (...) Cuando terminó el encuentro le pregunté a uno de mis asistentes cuántas faltas hicimos nosotros y cuántas cometieron ellos, y resulta que Francia hizo una más que Honduras", explica arqueando las cejas.
Apenas terminado el entrenamiento, Suárez cuenta que no fue fácil reanimar a sus jugadores después de debutar con derrota en el tercer Mundial al que acuden, al de Sudáfrica-2010 fueron de la mano precisamente de Rueda, y sobre quienes pesa el no haber logrado un gol desde los empates a 1 ante España e Irlanda del Norte del Mundial-82.
"Costó levantar al grupo, pero no tanto por la expulsión, sino porque ellos sabían que podían jugar mejor. Tuvieron actitud, muchas ganas, corrieron... Corrieron al fútbol, no jugaron al fútbol".
- Invitados sorpresa -
A Suárez no es difícil arrancarle una sonrisa y adopta una expresión entre la condescendencia y el agrado cuando se le pregunta por la organización de este polémico Mundial de Brasil.
"Están haciendo un gran esfuerzo porque toda la gente esté bien y creo que eso hay que valorarlo, y mucho. De pronto por ahí se ven obras que no se han terminado, cositas que faltan, pero creo que todo eso se olvida al ver los partidos que se están jugando, con muchos goles y remontadas", afirma con la pasión de los que cuentan los años de cuatro en cuatro.
Como aficionado, afirma haber disfrutado con el juego de Alemania y reconoce el peligro de Brasil, Italia, Francia o Argentina, pero lo que más le gusta de este Mundial son las nuevas potencias que llaman con fuerza a la puerta del Maracaná.
"Además de los de siempre, hoy hay que mencionar, y con gusto, a Estados Unidos, Bélgica, México, Chile o Colombia. Creo que va a ser un Mundial de invitados sorpresa, y ese nuevo aire es muy bueno para el fútbol", remata.