Liberales y laboristas holandeses estaban casi empatados este miércoles en los primeros sondeos a pie de urna efectuados tras las elecciones legislativas, consideradas como un test del sentimiento del país ante la política económica de la Unión Europea.
Los sondeos dan a los liberales del primer ministro saliente Mark Rutte 41 de los 150 escaños de la cámara baja del Parlamento, a los laboristas de Diederik Samsom 40 escaños y a los socialistas (izquierda radical), 15.
Partidario de una salida de la zona euro y de la Unión Europea (UE), el partido de extrema derecha de Geert Wilders pierde casi la mitad de sus escaños. Los sondeos le otorgan 13, muchos menos que los 24 que obtuvo en las legislativas de 2010.
Si se confirman estos resultados, Mark Rutte será el gran favorito para continuar en el cargo, y es previsible que Holanda siga alineada con Alemania en la defensa de la austeridad fiscal como solución a la crisis de la deuda en Europa.
Más de 12 millones de electores estaban habilitados para votar en unas 10.000 mesas instaladas en escuelas, estaciones de tren o supermercados en todo el país.
Los comicios se presentaban como un indicador de la exasperación del norte de Europa respecto a la Unión Europea (UE) y la crisis económica.
Para Alfred Pijpers, un ex investigador del instituto Clingendael, especializado en las relaciones internacionales, "en muchos aspectos, Holanda es como Alemania, donde los votantes están cada vez más descontentos con la Unión Europea".
El electorado holandés es cada vez más reacio a Bruselas y a los planes de ayuda a los países del sur de Europa, según él.
Con todo, los liberales y laboristas, ambos proeuropeos, lograron colocarse a la cabeza. Aunque endurecieron el tono sobre Bruselas, consiguieron convencer a la población de seguir al lado de la Unión Europea para salir de la crisis, estimó Pijpers.
Los analistas predicen que las elecciones darán paso a un gobierno centrista proeuropeo formado por una asociación entre estos dos partidos./AFP