Durante 2017 los indicadores de carga financiera y de endeudamiento de los hogares registraron un aumento con respecto a 2016, como consecuencia de un menor ritmo de expansión del ingreso.
Según el Banco de la República, este comportamiento se ha dado en un contexto de desaceleración de la economía colombiana.
A pesar del incremento en la carga financiera, el nivel de este indicador se encuentra cercano a su promedio histórico y continúa estando por debajo de los niveles considerados de riesgo y de vulnerabilidad en el ámbito internacional.
Como se mencionó en el Reporte de Estabilidad Financiera de septiembre de 2017, las principales vulnerabilidades para el sistema financiero se encuentran asociadas con el deterioro del entorno macroeconómico.
De esta forma, el ejercicio de sensibilidad presentado en este Informe busca evaluar el cambio en la exposición de los establecimientos de crédito ante la materialización de un escenario hipotético adverso.
A pesar de que los resultados muestran que dicha exposición aumentaría levemente, es importante mantener un monitoreo constante sobre la situación financiera de estos deudores, así como continuar evaluando las posibles fuentes de riesgo asociadas con este sector, señala el reporte.
Baja ingreso, crece deuda
Entre 2016 y 2017 la Carga Financiera de los Hogares, CFI, para Bogotá aumentó al pasar de 15,1% a 18,4%, luego de haber registrado una disminución el año anterior.
Este comportamiento respondió principalmente al menor crecimiento que viene presentando el ingreso dado el entorno macroeconómico actual, y a un aumento en la cuota de los créditos que tienen estos agentes.
Con respecto a la carga financiera para Cali y Medellín, a 2017 esta se ubicó en 11,7% y 8,5%, respectivamente.
La carga financiera del conjunto de las tres ciudades se ubicó en 15,1% para 2017. En general, estos valores siguen siendo menores a aquellos considerados de riesgo a nivel internacional (30%, según el Fondo Monetario Internacional y el Banco de Canadá), y de vulnerabilidad (40%).
Fuentes de financiación
Se observa que las fuentes de financiación formales siguen siendo más utilizadas con respecto a las fuentes informales (créditos de compraventas, tiendas de barrio, gota a gota o amigos y familiares).
Para el caso de Bogotá se observa una recuperación de la mayoría de las fuentes de financiamiento con respecto a 2016, en particular para las tarjetas de crédito (2,6 pp), las cuales continúan siendo el producto financiero más utilizado según los encuestados.
Al evaluar la tenencia de productos de crédito en las demás ciudades, se observa una distribución similar a la de Bogotá; las tarjetas también son el tipo de crédito más utilizado en Cali, mientras que para Medellín lo es el crédito para vehículos.
Adicionalmente, en cuanto a los créditos informales, en Cali es más alta la proporción de hogares que cuentan con créditos gota a gota y en compraventas que las demás ciudades, y en Medellín ocurre lo mismo para las tiendas de barrio.
Por su parte, el valor promedio de la cuota que destinan los hogares en Bogotá al pago de sus obligaciones es mayor para los préstamos de finca raíz y los de vivienda, los cuales presentaron un aumento de más de $1 millón en el primer caso y de $92 mil en el segundo.
Para el caso de Cali se observa que, en promedio, los hogares destinan más del doble a créditos educativos. Por otro lado, a pesar de que en Cali y Medellín los hogares tienen créditos gota a gota y en tiendas de barrio en mayor medida que en Bogotá, la cuota mensual que pagan es menor.