En las catástrofes como la ocurrida en área rural próxima al municipio de Salgar (Antioquia) es donde puede apreciarse la capacidad de trabajo, abnegación y solidaridad de quienes se han dedicado al rescate de personas y de cuerpos, en medio de grandes dificultades ocasionadas por la avalancha de agua, piedras y lodo de la quebrada La Liboriana. Se trata de los encargados de emergencias, voluntarios y policías.
El dramatismo de la tragedia igual se refleja en las mascotas rescatadas por valerosos policías que expusieron la vida para salvarlas, como un mayor de Carabineros quien no dudó en lanzarse a la quebrada para rescatar a un perro que era arrastrado por la corriente. Algunos lesionados recibieron tratamiento veterinario. Llama la atención uno de estos, triste en una silla, esperando a sus amos que quizá perecieron. Muchos canes quedaron “huérfanos”.
En la tragedia, los socorristas se convierten en verdaderos héroes. Una labor agotadora. Ellos entregan toda su energía para ayudar a las familias que sufrieron el impacto de esta hecatombe natural.