“Con cualquier arma de largo alcance de calibre 5.56, 7.62 o .50, es muy fácil derribar incluso un Blackhawk y con ese peso, pero lo más seguro es pegarle con un RPG o con un tatuco al rotor de cola”, sostuvo anoche el senador Álvaro Uribe, del Centro Democrático, citando un análisis del capitán retirado John Palacios.
Según el analista, leyó Uribe en la plenaria del Senado, “en mi opinión, como piloto con más de 20 años de experiencia y más de 4.800 horas de vuelo, puede ser la causa más probable” de la tragedia que el 4 de agosto le costó la vida a 16 policías durante un operativo contra el Clan Úsuga.
De acuerdo con el análisis del capitán Palacios, presentado por Uribe junto a otros elementos “a ver si el Gobierno tiene a bien considerarlos en la investigación”, si “se vuela a baja altura y con mal clima o nubosidad que no permita ver bien los obstáculos o el mismo sitio donde se va a realizar el operativo o el desembarco, la velocidad que se utiliza es relativamente baja, entre 40 y 70 nudos. Lo que dijo el Gobierno de pronto para los que no saben de aviación puede ser lógico, pero para cualquier piloto con un mínimo de experiencia es una gran mentira que el helicóptero estuviera volando en mal clima y entre cerros a 120 nudos”.
Para Palacios, “es claro que si el helicóptero hubiera entrado a 120 nudos, habría tumbado los árboles desde mínimo 100 metros antes del lugar final de impacto y en la fotografía es claro que el helicóptero cae de manera vertical”.