El cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia, declaró que el país vive un momento trascendental después de cinco décadas de guerra fratricida y pidió abrirle campo al futuro y no quedar anclados en el pasado.
El cardenal Salazar, que actualmente preside el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), hizo la solicitud en un mensaje con motivo de la Semana por la Paz 2016, que comenzó el domingo y finaliza el próximo 11 de septiembre.
“Nuestra Patria vive momentos de importancia trascendental. Después de más de cinco décadas de guerra fratricida, se ha llegado a un acuerdo final para la terminación del conflicto armado y la construcción de una paz estable y duradera”, señaló.
Manifestó que “hay que abrirle campo al futuro, hay que permitirle al país emprender caminos nuevos. No nos quedemos anclados en el pasado, empecemos a caminar en el futuro, llenos de esperanza”, expresó.
Advirtió que “esta Semana por la Paz nos debe llenar de la certeza de que somos artesanos de la paz y, por lo tanto, responsables de construirla en nuestro propio corazón, en nuestra familia, en nuestros vecindarios, en nuestra Patria. No podemos permanecer indiferentes”.
Salazar recordó que el Papa Francisco dispuso la celebración del año del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que invita al perdón y la reconciliación.
El prelado sostuvo que esa misericordia “es capacidad de encuentro, de construir puentes entre personas opuestas, de buscar el diálogo entre aquellos que no se comprenden, de lograr acuerdos entre enemigos”.
“Por esto, quisiera invitarlos a que en estos momentos de nuestra Patria tengamos muy presente la misericordia para no dejarnos llevar por consideraciones parciales, duras, rígidas, sino a abrir nuestro corazón para vivir constructivamente este momento”, señaló.
Por último subrayó que “por primera vez en nuestra historia, vamos a ser capaces de darnos la mano los que éramos enemigos, a sellar acuerdos aquellos que antes defendíamos posiciones irreconciliables, a empezar un camino nuevo en el que quepamos todos, en el que no haya enfrentamientos insolubles sino que podamos, hombro con hombro, erradicar la injusticia y la violencia y construir un país fraterno y solidario, un país en paz”.