MUCHAS son las especulaciones políticas que se ciernen en torno a la campaña por la Alcaldía de Bogotá. Una de ellas, por supuesto, consiste en si entre los diferentes candidatos se darán alianzas, transcurridos los meses, y cuáles son los respaldos adicionales que paulatinamente recibirán de las fuerzas que se han marginado de tener candidato propio.
Por el momento, en las últimas encuestas publicadas por los medios, encabeza Rafael Pardo Rueda. Hecho, por lo demás, que hace unos meses no se tenía en esa dimensión por cuanto Clara López parecía correr en punta, sin rivales a la vista, y Enrique Peñalosa amenazaba con irrumpir, sobre la base de que tendría un apoyo que dejaría a los demás muy por debajo, desde los primeros sondeos.
El hecho político pues, por lo pronto, es que Pardo lidera el grupo puntero, sin que algunos con supuesta experticia política en Bogotá, particularmente dentro del Partido Liberal, le vieran posibilidad alguna cuando renunció al ministerio de Trabajo y al mismo tiempo anunció, en las mismas épocas que lo hizo Francisco Santos, que se lanzaría en busca de la Alcaldía de Bogotá. Pensaron, ciertamente, que Pardo tendría el mismo desempeño que en la campaña presidencial de 2010, que lo enfrentó a varios candidatos entre ellos el propio presidente actual, Juan Manuel Santos, quien logró una amplia votación, respaldado por el entonces Primer Mandatario, Álvaro Uribe Vélez. Una campaña, ciertamente, que estuvo incidida por el hecho de que a Uribe Vélez se le había negado constitucionalmente un tercer mandato y en la que los partidos tradicionales, como el Conservador y el Liberal, fueron víctimas del divisionismo como estrategia política para consolidar la aspiración de lo que entonces se conocía como el partido de La U.
No obstante Pardo, previamente, había sido elegido senador con una considerable votación en Bogotá, lo que le permitió entrar a la consulta popular liberal por la candidatura presidencial, derrotando a los demás precandidatos, algunos de los cuales hoy han hecho tránsito a la candidatura de Clara López Obregón, seguramente porque todavía quedan resquemores de aquellos viejos pleitos. No obstante lo cual, l la coalición de Pardo, con sectores liberales, algunos conservadores de base y el partido de La U, lo mismo que independientes como el Mira y otras fuerzas, lo mantienen en ese lugar preminente. Sea tal vez ello porque, en efecto, los sondeos muestran que la principal inquietud de los ciudadanos se refiere a la seguridad y Pardo se ha desempeñado como Ministro de Defensa.
Mínimas diferencias
Peñalosa, no obstante, le pisa los talones con alrededor de un punto de diferencia y Clara López otro punto más abajo, lo que, dicen los expertos, se trata de un empate técnico, manera de señalar que de todas maneras las encuestas tienen un margen de error. Pero revisados esos sondeos, igualmente se puede decir que, frente a mediciones anteriores de las mismas empresas, tanto Pardo como López y Santos (bastante más abajo en el ranking) subieron cuatro puntos, mientras que el único que algo bajó fue Peñalosa.
Este problema matemático, referido a los sondeos, no tendría interés alguno si no fuera porque Peñalosa le propuso a Pardo dirimir la aspiración en una encuesta. Salida la encuesta, no pactada, lo que parecería claro es que ambos van hasta el final.
Pero no todo es tan claro. Peñalosa, quien tiene en su haber experiencia y conocimiento urbanístico de Bogotá, recibió el respaldo de Cambio Radical, el partido adscrito al actual vicepresidente Germán Vargas Lleras. En la campaña anterior, cuando también se lanzó a la Alcaldía, fue apoyado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuando ganó el actual burgomaestre Gustavo Petro. Tiene, pues, Peñalosa ambas condiciones: una, tener el actual apoyo de Cambio Radical y, dos, haber sido apoyado previamente por lo que hoy se conoce como Centro Democrático y que sin embargo tiene candidato propio en la figura de Francisco Santos. Lo que, a su vez, señala un primer interrogante en cuanto a las alianzas futuras: ¿será que Francisco Santos, en caso de que su candidatura no logre un respaldo determinante, terminará adhiriendo, como portavoz del uribismo en Bogotá, a Peñalosa?.
En la reciente inscripción de su candidatura por la Alcaldía, el expresidente Álvaro Uribe dijo, en todo caso, a Francisco Santos, que lo respaldaría hasta el final. De hecho, hay un antecedente en contrario, cuando se enfrentó a Oscar Iván Zuluaga en la Convención del Centro Democrático por la aspiración presidencial, cuando repentinamente se le cambiaron las reglas de juego, pues se había adoptado una consulta popular en la que Santos tenía las de ganar. Pero, visto este antecedente, esto no parecería ser lo indicado en esta ocasión. Por el contrario, Francisco Santos espera que con la compañía de Uribe en las localidades de Bogotá, repuntar en las encuestas. De modo que más bien pensaría, hacia el futuro, que los sectores que acompañan a Peñalosa más bien lo respalden a él.
En medio de la competencia entre Pardo y Peñalosa para lograr una mayor cantidad de adeptos está también el Partido Conservador. Si bien ha tenido un notable descenso en sus actividades proselitistas hacia el Concejo Distrital y la Cámara por Bogotá, en los últimos años, y no presentó candidato propio a la Alcaldía, sectores de los directorios Distrital y Nacional se encuentran divididos frente a quién respaldar. Es sabido que la exministra de Defensa, Martha Lucía Ramírez, quien sacó una buena votación en el Distrito en su reciente campaña presidencial en la primera vuelta y luego fungió de jefe de debate de Oscar Iván Zuluaga, estaría inclinada a apoyar a Peñalosa, aunque también ha tenido acercamientos con Pardo. Éste, a su vez, tiene mejores perspectivas dentro de los concejales y las bases del partido, pertenecientes los ediles a sectores de la llamada Unidad Nacional. Ramírez, igualmente y de tiempo atrás, tuvo acercamientos con Francisco Santos, quien también espera los respaldos de la tendencia uribista.
Estrategas de Peñalosa afirman, a su vez, que la campaña terminará polarizándose entre él y Clara López, candidata del Polo Democrático. Por el contrario, los asesores de Pardo observan que no solamente ha logrado capturar el centro, clave en cualquier campaña política, sino que tiene raigambre en los sectores definitivos de la ciudad, como los estratos 3 y 4. De tal modo, Peñalosa le apunta a la polarización, mientras Pardo lo hace a la aglutinación.
La pregunta, en este caso, sigue siendo si todavía es viable una alianza, a corto plazo, entre Pardo y Peñalosa.
¿Ventaja de Clara?
Esa división tan marcada, no obstante, pone a Clara López en una buena posición, no solamente por ser la única mujer en contienda, sino por haber logrado una extraordinaria votación en Bogotá, durante la campaña presidencial, con 500 mil votos, por encima de los 366 mil que logró Ramírez, en medio del rechazo a la polarización, entre los principales contendores, Santos y Zuluaga, hacia finales de la primera vuelta. Fue, desde luego, una votación circunstancial, fruto de las recriminaciones del momento, pero con la que López cuenta directamente en una proporción apreciable. Si fuera por ello habría que decir también que tanto Santos como Zuluaga, clasificados a la segunda vuelta, sacaron respectivamente, en el Distrito, 1 millón 300 mil y 1 millón 75 mil. De modo que, en todo caso, no es fácilmente endosable lo que pueda ocurrir con los votos de la campaña presidencial hacia la elección para la Alcaldía Mayor.
Por ejemplo, Santos tiene conocida cercanía con los tres candidatos en punta: Pardo, Peñalosa y López. Con Pardo, por haber sido su ministro; con Peñalosa, por viejos lazos de amistad y, con López, por considerarla figura clave en su triunfo para la reelección presidencial. Siendo así, con cualquiera de los tres que gane la justa electoral, Santos podrá encontrar buen recibo para la aplicación de las políticas públicas que se requieren acompasar entre la Nación y el Distrito.
Figura clave, por su parte, en el espectro político bogotano es la del dos veces alcalde, Antanas Mockus, reconocido por tirios y troyanos, por implementar un modelo de ciudad que internacionalizó a Bogotá, con base en la pedagogía y la total pulcritud en los recursos públicos, y que tiene un aprecio general en la ciudadanía. Ha dicho que en su momento proporcionará su apoyo a quien considere, entre los actuales candidatos, el más idóneo para sacar a Bogotá de la crisis. Conocido su distanciamiento, desde la campaña pasada con Peñalosa, es posible que el espectro del apoyo de Mockus se reduzca a Rafael Pardo y Clara López.
A estas alturas es muy difícil predecir si va a haber alianzas y cuándo. Pero es claro que muy posiblemente la campaña no va a quedar como arranca. Con ideas similares entre varios de los candidatos, es muy probable, también que mucho se defina por la noción que los electores tengan del temperamento de cada uno de ellos. Y de eso, al parecer, es de lo que va a tratar el núcleo de la contienda.