Una de las consecuencias inmediatas que puede traer la reforma tributaria para los colombianos es que habría un efecto positivo en la inflación de comienzos de 2013, en la medida en que se reducirá el costo de la gasolina, y se reducirá el IVA en algunos bienes de la economía. Sin embargo, este impacto no es aislado a las presiones en el costo de vida que se presentan a comienzos de cada año conforme se decretan las alzas en el salario mínimo.

Por otra parte, con la aprobación del IMAN -Impuesto Mínimo Alternativo Nacional- el Gobierno implementa una curva tributaria más progresiva. El IMAN, que es un impuesto de renta mínimo que aplica a las personas naturales, busca generar una mejor distribución del ingreso.

Para este fin el Gobierno estableció que personas con ingresos inferiores a $3,6 millones no pagarán retención en la fuente, lo que equivale casi al 96 por ciento de la población laboral o 18 millones de trabajadores, los cuales actualmente se gravan con tasas del 5 por ciento.

Asimismo, la simplificación de tarifas del IVA quedó en 0 por ciento, 5 por ciento y 16 por ciento. Se resalta que los insumos de las cadenas productivas agropecuarias tendrán un IVA del 5 por ciento y no del 16 por ciento. Además, los productos de la canasta familiar quedan excluidos del IVA y el gravamen sobre la medicina prepagada pasa del 10 por ciento al 5 por ciento.

En cuanto a los restaurantes, se optó porque aquellos con ventas superiores a $105 millones por año paguen un tributo denominado impuesto al consumo del 8 por ciento, los demás restaurantes con ingresos inferiores serán excluidos del gravamen a las ventas y los que pertenecen a cadenas de franquicias pagarían 16 por ciento.

En el caso de los bienes que estaban gravados con un IVA del 20 por ciento, 25 por ciento o 35 por ciento, ante la reducción del IVA a 16 por ciento, el Gobierno implementará un nuevo impuesto al consumo de lujo, de tal forma que el impuesto total termine siendo el mismo que antes.

Es decir, si un artículo estaba gravado con un IVA de 20 por ciento, ahora el IVA será 16 por ciento, pero el impuesto al consumo de lujo será 4 por ciento. Ello permitió la eliminación de tres tarifas del IVA, pero la creación de un nuevo impuesto con tres tarifas.

En materia del precio de la gasolina el Gobierno acordó una reducción de $200 pesos, que representauna disminución cercana a 2,3 por ciento en el galón de este combustible, y lo que representaría 4 puntos básicos menos en la inflación en los primeros meses del año. Esta medida implica un costo fiscal cercano a los $430 mil millones.

De otra parte, para estimular el reporte de cifras reales en las transacciones de la actividad económica el Gobierno aprobó la reducción del impuesto a las ganancias ocasionales, por la venta de activos poseídos por más de dos años desde el 33 por ciento hasta el 15 por ciento para la venta de empresas, y hasta el 10 por ciento para la venta de activos.

Se determinó en la reforma que el descuento tributario por pensión voluntaria e incentivo al ahorro de largo plazo tuviera un plazo mínimo de 10 años. No estarán sometidos a imposición los retiros de aportes voluntarios que se destinen a la adquisición de vivienda.

De igual forma, se estipuló que los aportes a las cuentas de Ahorro de Fomento a la Construcción (AFC) y las pensiones voluntarias, adicionado el aporte a pensión obligatoria, tendrán el beneficio tributario hasta el 30 por ciento del ingreso, pero sin exceder los $100 millones por año.

Esta restricción aplicaría para quienes tengan ingresos cercanos o superiores a $27 millones mensuales.

Del lado del impuesto a la renta a las inversiones offshore se aprobó que las inversiones de capital de portafolios provenientes del exterior tengan una tarifa del 25 por ciento, y no del 33 por ciento como ocurre actualmente.

Se optó por mantener una tarifa diferenciada dependiendo del origen de los fondos: se gravaría con un 25 por ciento las ganancias a inversiones que provienen de paraísos fiscales y con un 14 por ciento al resto.