Llegó el día. Hoy se conocerá el próximo presidente de Estados Unidos. Ayer, en el último esfuerzo para mantener vivas sus aspiraciones, Hillary Clinton y Donald Trump realizaron varias paradas en una campaña histórica en Estados Unidos.
Después de algo más de un año de marchas y contramarchas, dramas inesperados y una serie sin precedentes de escándalos de todo tipo, llegó el momento para ambos aspirantes de poner todas las cartas sobre la mesa.
Al iniciar el último día de campaña, Clinton se comprometió a trabajar por la unión nacional, en caso de llegar a la Casa Blanca.
“Tengo mucho trabajo para unificar al país. Realmente quiero ser la presidenta de todos, de las personas que votaron por mí y de las personas que han votado contra mí”, dijo a la prensa.
De acuerdo con Clinton, los electores deberán escoger entre “la división o la unidad, entre un liderazgo firme y fuerte o una bala perdida”.
Por su parte, en un acto público en Sarasota, Florida, Trump dijo que una victoria suya en la elección del martes representaría un golpe letal a lo que llamó el “establishment corrupto de Washington”.
“Clinton es protegida por un sistema totalmente tramposo. Y ahora los estadounidenses mañana harán justicia en las urnas”, expresó, para añadir que quería que “el establishment corrupto de Washington escuche: si ganamos, vamos a drenar ese pantano”.
“¡Drenen el pantano, drenen el pantano!”, gritaba la multitud.
El magnate inmobiliario, de 70 años, realizó en la jornada mítines en los estados de Carolina del Norte, Pensilvania, New Hampshire, antes de terminar su campaña en Michigan.
En tanto, la exsecretaria de Estado, de 69 años, cerró su campaña por todo lo alto, con paradas hasta la medianoche en Pensilvania, Michigan y Carolina del Norte.
En uno de sus mítines tuvo la colaboración de los rockeros Bruce Springsteen y Bon Jovi, aunque en la noche jugará su carta más fuerte compartiendo escenario con el mandatario Barack Obama y la extraordinariamente popular primera dama Michelle, así como con su marido, el expresidente Bill Clinton.
En un acto en Ann Arbor, Michigan, Obama pidió a los estadounidenses que “hagan por Hillary lo que han hecho por mí” y la ayuden a ganar las elecciones del martes.
Encuestas
El promedio de los sondeos atribuye a Clinton una delantera de aproximadamente 2,7 puntos porcentuales, aunque la dinámica de los últimos 10 días de campaña fue favorable a Trump.
Un promedio de todas las encuestas realizado por el sitio RealClearPolitics muestra que la candidata demócrata mantiene una ventaja a nivel nacional de 2,7 puntos, pese a un final de campaña en el que el republicano Donald Trump se vio favorecido.
La última encuesta, publicada por la cadena CBS, muestra que Clinton tiene una ventaja de 4 puntos a nivel nacional, con 45% contra 41%, una diferencia que se mantiene estable en comparación con la semana pasada.
Varios medios estadounidenses publicaban también proyecciones sobre el resultado final de la elección en lo que respecta a los grandes electores, todos favorables a la exsecretaria de Estado.
Un modelo matemático de proyección elaborado por la red de televisión NBC señala que Clinton ya tendría asegurados por lo menos 274 votos en el colegio electoral, cuatro más de los necesarios para sellar su victoria.
En tanto, el sitio web especializado FiveThirtyEight atribuye a Clinton 67,9% de probabilidades de ganar la elección, contra 32,1% para Trump.
Según la cadena de televisión NBC, Clinton obtendría el apoyo de 274 grandes electores contra 170 para su adversario republicano, aunque las encuestas están demasiado peleadas como para saber a quién atribuirle los 94 votos restantes.
De todas formas, esas cifras serían suficientes para que la exprimera dama resulte electa, pues necesita una mayoría de 270 en el colegio electoral.
Últimos anuncios
El último de una larga serie de giros que tuvo esta campaña se conoció el domingo, cuando el FBI informó al Congreso que no pretendía presentar cargos formales contra Clinton por el interminable escándalo de sus correos electrónicos enviados desde un servidor privado cuando era secretaria de Estado.
Este anuncio buscó apagar el incendio que hace apenas una semana había provocado el propio FBI al revelar que investigaría nuevos mensajes relacionados con Clinton, no incluidos en la pesquisa anterior que fue cerrada en julio.
“Estamos felices de saber que este asunto ha quedado resuelto”, dijo Jeniffer Palmieri, responsable de comunicaciones de la campaña de Clinton, poco después de conocerse la decisión de la policía federal estadounidense.
La noticia de la reapertura del caso había caído literalmente como una bomba en la campaña, obligando a Clinton a pasar varios días dando explicaciones sobre un escándalo que parecía cosa del pasado. Los mercados financieros del mundo, que recibieron la reapertura de las pesquisas del FBI con caídas, abrieron en alza.
Posiblemente resulte complicado medir el impacto que el final de la polémica sobre los correos de Clinton tenga en su campaña, pero los sondeos dieron a la aspirante demócrata una mínima ventaja el último fin de semana.