Presidente Colom dice que no hay ni dinero ni actos ni palabras para resarcir el daño hecho
Perdón pidió el l gobierno de Guatemala a la familia del ex presidente Jacobo Árbenz, derrocado hace 57 años mediante un movimiento militar promovido por Estados Unidos que marcó el primer episodio de la Guerra Fría en América Latina.
"Como jefe de Estado, como presidente constitucional de la República, como comandante en jefe del Ejército le quiero pedir perdón a la familia Árbenz Vilanova, por ese gran crimen cometido ese 27 de junio de 1954", manifestó el presidente guatemalteco, Álvaro Colom, en un acto especial en la antigua sede de Gobierno en el centro de la capital.
"Fue un crimen en primera instancia contra él, su esposa y su familia, pero es un crimen histórico para Guatemala, ese día cambió Guatemala y no nos hemos recuperado todavía", reconoció Colom ante Jacobo Árbenz Vilanova, único hijo vivo del ex gobernante, tres nietos y tres bisnietos.
Para Colom, la caída de Árbenz fue un "crimen de la sociedad guatemalteca cometido por malos guatemalteco y la CIA (la Agencia Central de Inteligencia estadounidense) de aquel momento y una agresión a un gobierno que continuaba una primavera democrática", iniciada en 1944 con la revolución que derrocó al ex dictador Jorge Ubico.
Colom entregó una carta en la que pidió perdón, aunque admitió que no compensa el daño hecho pues "no hay forma de resarcir esas cosas, no hay cantidad de dinero o actos que realmente puedan reivindicar un acto de esa naturaleza que fue para un hombre, una mujer, sus hijos y un país entero".
Aseguró que truncar diez años de revolución (1944-1954) fue el detonante para la guerra civil en Guatemala, que inició en 1960 y duró 36 años.
"La tragedia fue en el 54, pero el pueblo también pagó los 36 años de guerra, 250.000 personas inocentes, niños, mujeres, hombres masacrados", lamentó Colom.
Árbenz Vilanova agradeció el gesto del Estado guatemalteco, que llegó 11 años después de una denuncia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en la que detalló las vejaciones que padeció su familia, que debió vivir en el exilio y sufrió la pérdida de sus bienes inmuebles.
Árbenz reseñó la vida de su padre y el exilio de 17 años desde el 27 de junio de 1954 hasta el 27 de enero de 1971, cuando murió en México.
Sostuvo que la acusación contra su padre de ser un comunista fue infundada y estuvo basada en la aprobación de una reforma agraria que tocó los intereses de la estadounidense United Fruit Company, dueña de grandes extensiones de tierra y del ferrocarril.
Por su parte, Ruth Del Valle, que preside la Comisión Presidencial de Derechos Humanos, comentó que el acto fue parte de un acuerdo de solución amistosa al que se llegó el 19 de mayo entre el Estado de Guatemala y la familia del ex presidente Árbenz ante la CIDH.
Durante el acto, cientos de personas gritaban arengas en las afueras del Palacio Nacional, donde se congregaron miles de personas a la conclusión de la tradicional marcha para conmemorar la revolución del 20 de octubre de 1944, truncada diez años después con el derrocamiento de Árbenz./AFP