Andre Greipel (Lotto) se adjudicó al esprín la sexta etapa del Tour de Francia en la meta de Reims, y confirmó que el embalaje es una especialidad alemana en la ronda gala, recordando las tres previas victorias de Marcel Kittel.
Greipel se impuso delante del noruego Alexander Kristoff y del francés Samuel Dumoulin, tras una etapa en la que el vigente campeón de Italia, Vincenzo Nibali (Astana), conservó la casaca de líder de la general.
"Fui criticado después de los primeros embalajes del Tour. ¿A quién le gusta ser criticado? He hecho muchos embalajes en mi carrera y no siempre es fácil seguir el tren. En Inglaterra fue complicado, el público, las rutas mojadas... En esos casos, hay que decidir rápido", afirmó el ganador de este jueves.
"A veces pasa que cometemos errores. Hoy tenía mucha presión, pero ganamos", añadió Greipel, sosteniendo que con Kittel "no hay rivalidad nacional" y sí "mucho respeto entre ambos".
Precisamente, Kittel, ganador de tres etapas en embalajes masivos, llegó tarde a la definición por un pinchazo de rueda sobre el epílogo que lo relegó y por eso Greipel no dudó en aprovechar su ausencia en los metros finales, bajo los ojos del presidente de Francia, François Hollande, que se acercó a la carrera para hacer acto de presencia.
El apodado "Gorila" Greipel le dio a Alemania su cuarta victoria sobre seis tramos disputados, consolidando el dominio germano en la velocidad, teniendo en cuenta también la baja del Tour en la primera etapa del británico Mark Cavendish, el rival que podía hacer daño en ese ejercicio a la armada germana.
El final de este etapa que se corrió a una media de más de 46 km/h prácticamente no tuvo consecuencias para los favoritos al triunfo, que evitaron perder tiempo en un corte que sí les hizo desperdiciar casi un minuto al escalador francés Thibaut Pinot y a su compatriota Pierre Rolland.
La jornada sin demasiado nervio fue bienvenida para el pelotón, después de la traumática quinta etapa del empedrado y fuerte lluvia que dejó fuera de combate nada menos que al defensor del título Chris Froome y mandó al piso a varios ciclistas de fuste como Alejandro Valverde o Peter Sagan.
- Nibali, el "patrón" -
Tras asumir su posición de líder que consolidó la víspera en la etapa del pavé, Nibali, dirigido por el kazajo Alexandre Vinokourov, quiere conservar el maillot amarillo a toda costa.
"Tengo una buena ventaja antes de las etapas de montaña, las más importantes. Voy a correr en defensa (del liderato), ver cómo se dan las coasas, pero si tengo la ocasión de atacar, lo voy a hacer", afirmó el siciliano.
"Eso dependerá de mis rivales y, sobre todo, de mis sensaciones. Veré etapa por etapa", apuntó Nibali, quien espera que "Alberto (Contador) pase al ataque pronto".
Detrás de una fuga de cuatro corredores (Arnaud Gérard, Tom Leezer, Luis Ángel Maté y Jerome Pineau), la formación de Kittel emprendió la persecución, interrumpida brevemente por... Nibali.
Algunas caídas colectivas llevaron al abandono de Silin y Zandio, y dejaron lastimados a Sagan y Navarro, principalmente, por lo que Nibali tuvo que levantar la voz en el pelotón para organizarlo: pidió a los hombres de Kittel bajar la velocidad para permitir la reincorporación al enjambre de los retrasados.
En aquel asunto, el español Alberto Contador perdió a uno de sus gregarios, su compatriota Jesús Hernández, mucho antes de llegar a la montaña.
Sobre las largas rectas de la Aisne, el pelotón casi se desgarra por el viento, pero pasado el temblor, los equipos de los velocistas mantuvieron el margen con la fuga a alrededor de un minuto, hasta darles caza a los escapados a falta de 20 kilómetros para el final, en lo que fue la fuga más larga de este Tour desde su largada en Leeds el 5 de julio.
Sin Kittel en sus espaldas, en los últimos metros de la etapa las piernas de Greipel hablaron y el alemán firmó su decimotercera victoria de la temporada.
A sus 31 añós, el campeón de Alemania se impuso por sexta vez en una etapa del Tour, desde su debut en 2011.
El viernes se disputa la séptima etapa, entre Epernay y Nancy, con un recorrido de 234,5 kilómetros en el programa, prometida una vez más para los velocistas. Los alemanes, contentos.