El gobierno griego aseguró que hará "todo lo necesario" para seguir siendo miembro de la Eurozona y evitar la quiebra, pese a la convocatoria de una nueva huelga general.
"Grecia es y será siempre miembro de la zona euro", aseguró ante el parlamento el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, antes de un Consejo de Ministros dedicado al examen de medidas adicionales. "Son necesarias más medidas (...) y se hará todo lo necesario para no poner en riesgo al país, ni su lugar en la zona euro", añadió.
En un clima social muy tenso, las centrales sindicales griegas del sector público y privado convocaron este miércoles una huelga general para el 19 de octubre, que será precedida por otra de funcionarios el 5 de ese mes, en protesta contra esas nuevas medidas de austeridad. Según analistas y la prensa griega, el gobierno aumentará los impuestos y se comprometerá a reducir aún más el número de funcionarios.
Su objetivo: convencer a la "troika" de acreedores del país -- Fondo Monetario Internacional (FMI), zona euro y Banco Central Europeo (BCE) -- que le entregue un sexto tramo de 8.000 millones de euros, parte del préstamo internacional que le concedió en mayo de 2010. Si no recibe ese dinero, el Estado griego corre el riesgo de hallarse en suspensión de pagos en el mes de octubre.
Una misión de la "troika" prevé retornar a Atenas la semana próxima para seguir inspeccionando el estado de las cuentas griegas. Esa misión había abandonado el país el 2 de septiembre debido a retrasos en la aplicación por parte del gobierno griego de las medidas de rigor y del plan de privatizaciones.
"No solamente estamos negociando los presupuestos para 2011 y 2012, sino también todo el programa de ajuste para 2013 y 2014", aseguró Venizelos, para explicar la lentitud de las negociaciones. El futuro de Grecia será determinante para toda la zona euro, según los expertos.
Italia, España, Portugal e Irlanda -países con finanzas públicas exangües- dependen en gran medida de la forma en que se resuelva o no la crisis griega, advierten los analistas. "La resolución del caso griego es determinante", asegura Cédric Thellier, economista de Natixis. "Si se deja a Grecia librada a su propia suerte, se estará enviando este mensaje a los operadores: cuando hay un problema en la zona euro, se acaba en 'default'", dijo.
Según auguró el miércoles la agencia Fitch, Grecia se hallará en situación "equivalente" a una suspensión de pagos, pero no dejará la zona euro ya que ello tendría un coste "muy elevado" para Atenas y la zona euro. Por esos temores, las principales bolsas europeas vivieron este miércoles otra jornada negativa y cerraron con claros retrocesos, en parte debido a la inestabilidad de los valores bancarios.
En efecto, los bancos europeos se ven especialmente afectados por la crisis, ya que algunos de ellos son importantes tenedores de deuda griega o de la de países más expuestos de la zona euro. En este contexto, el FMI pidió este miércoles a la zona euro que utilice su fondo de emergencia para recapitalizar a los bancos más frágiles, que sufrieron pérdidas totales por unos 200.000 millones de euros desde que se inició la crisis de la deuda pública.
Ese fondo (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, FEEF fue creado en mayo de 2010 y estaba inicialmente destinado a suministrar liquidez a los Estados de la zona euro en dificultades.
El pasado 21 de julio, los jefes de Estado y de gobierno de la Eurozona decidieron otorgarle la capacidad de comprar deuda estatal en los mercados. Esta medida, saludada como un posible antídoto a la crisis, debe ser ratificada por los 17 parlamentos nacionales de la eurozona. Hasta ahora, sólo lo han hecho el francés y belga.
AFP