En una operación de reestructuración voluntaria con sus acreedores privados inédita en la historia de las finanzas, Grecia se prepara para eliminar 100.000 de los más de 350.000 millones de euros que suma su deuda pública.
El récord lo ostenta por el momento Argentina, cuya deuda ascendía a 82.000 millones de dólares (unos 73.000 millones de euros entonces) cuando hizo default en enero de 2002.
En el caso de Grecia no se trata de una suspensión de pagos, sino de un montaje complejo, acordado por los acreedores públicos y privados del país.
¿A qué monto renunciarán los acreedores privados?
Los bancos, aseguradoras, fondos de inversión y fondos de pensión perderán en total unos 100.000 de los 200.000 millones de euros de deuda griega que poseen. Concretamente recibirán, a cambio de los títulos que tienen actualmente, obligaciones nuevas cuyo valor se reducirá a la mitad.
El 15% del valor inicial de esos papeles se convertirá en obligaciones emitidas por el fondo de rescate europeo (FEEF) y el 35% en obligaciones griegas a 30 años. El 50% restante queda condonado.
Por qué los acreedores privados perderán en realidad más
Las nuevas obligaciones propuestas a los acreedores privados vencerán en 30 años, es decir más tarde que los títulos que tienen actualmente.
El hecho de inmovilizar el dinero más tiempo del previsto tiene un coste para los acreedores, lo que se traducirá en una pérdida.
"Cuando te proponen reembolsarte en diez años o en treinta, siempre eliges diez años", asegura a modo de ilustración Xavier Paper, fundador asociado del gabinete Paper Audit & Conseil.
Además, el interés de las nuevas obligaciones será de alrededor 3,5%, muy inferior al de los títulos que los acreedores privados tienen ahora. Ese rendimiento menor implicará igualmente una pérdida.
En total, los acreedores habrán perdido alrededor del 70% del valor de sus carteras actuales de deuda griega.
¿Qué ocurrirá a los acreedores privados que no participen en el canje de obligaciones?
En teoría, el canje es voluntario. Los acreedores que prefieran no participar deberían pues ser reembolsados según las condiciones previas al intercambio. Pero en la práctica se expondrían a un gran riesgo y podrían acabar perdiéndolo todo.
AFP