Tras cuatro meses de negociaciones, el ministro griego de Finanzas, Yannis Stournaras, aseguró este miércoles haber llegado a un acuerdo con la troika de acreededores y obtenido un plazo adicional de dos años para lograr su ajuste presupuestario, pero la Unión Europea lo negó.
Stournaras indicó ante el parlamento haber acordado con la troika de acreedores de Grecia (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) un nuevo plazo de dos años para lograr su ajuste presupuestario a cambio de aplicar nuevas medidas de ahorro.
La Unión Europea negó sin embargo el acuerdo.
"Se ha avanzado significativamente en las negociaciones con Grecia, pero aún quedan asuntos por resolver antes de que se alcance un acuerdo", dijo el portavoz comunitario, Simon O'Connor, en su cuenta de Twitter.
También el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, aseguró que el examen de las reformas en Grecia por parte de la troika avanza pero aún no ha finalizado.
"El examen todavía no ha finalizado. Entiendo que ha habido avances, pero quedan por determinar algunos cosas", declaró Draghi durante una breve conferencia de prensa en el Bundestag (parlamento alemán) en Berlín.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäube, se mostró más contundente al señalar que no había "nada nuevo" en las negociaciones entre la troika y Grecia.
Preguntado por la AFP, el Fondo Monetario Internacional en Washington no quiso comentar la información.
De confirmarse este nuevo plazo, Grecia tendría hasta el año 2016, en vez de 2014, para reducir su déficit presupuestario por debajo del 3% del PIB, frente al 9,4% que tenía a finales de 2011, según estadísticas revisadas a principios de esta semana.
A cambio de este aplazamiento, Stournaras indicó haber negociado un proyecto de acuerdo con la troika que prevé nuevos recortes por valor de 13.500 millones de euros en dos años, la mayoría de los cuales (9.200 millones de euros) se aplicarán en 2013 para poder tener acceso a un tramo vital de ayuda de 31.500 millones de euros de la UE y el FMI.
El nuevo plan de austeridad incluye aplazar dos años la edad de jubilación, hasta los 67 años, nuevos recortes de salarios y de pensiones y supresiones de puestos de funcionarios.
Para financiar los dos años adicionales, Grecia espera obtener una "reducción de las tasas de interés" que paga a sus acreedores y alargar el periodo de reembolso de los préstamos, según Stournaras.
Hasta ahora, tanto el BCE como la UE aplazaban cualquier perspectiva de reestructuración de la deuda pública griega.
"Si no hubiéramos obtenido este plazo, tendríamos que haber tomado medidas (de ahorro) por valor de 18.500 millones de euros en vez de los 13.500 millones", dijo Stournaras.
El ministro está negociando desde julio con la troika pero al mismo tiempo con la coalición gubernamental, formada por la derecha del primer ministro Antonis Samaras, los socialistas del Pasok y la Izquierda democrática Dimar.
Prevé presentar dos proyectos de ley la semana que viene en el parlamento que formalice los compromisos griegos, para que sea aprobado antes de la reunión de ministros de Finanzas de la zona euro del 12 de noviembre y sobre todo de la fecha fatídica del 16 de noviembre cuando, según el primer ministro, el país se quedará sin dinero.
Las medidas de ajuste deben todavía debe ser validadas por los tres partidos de la coalición gubernamental. Sin embargo, el martes por la noche, los dirigentes de Pasok y de la Izquierda democrática Dimar, Evangélos Vénizélos y Fotis Kouvelis, habrían reafirmado su oposición a algunas de estas medidas.