La oportunidad de lograr la paz está cerca y el proceso que el Gobierno nacional adelanta con las Farc en un punto de no retorno, dijo ayer el expresidente de Gobierno de España, Felipe González. Al tiempo que el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hizo un llamado a los presidentes de la región a apoyar estas conversaciones.
De esta forma y a pocos días de la segunda vuelta de las elecciones, más voces de apoyo desde el exterior se siguen sumando al presidente Santos en su propósito de buscar concretar una salida negociada al conflicto armado que ha desangrado al país por más de medio siglo.
Ya el pasado jueves la prestigiosa revista británica The Economist señaló que si Colombia quiere ponerle punto final al conflicto debe votar por Santos. “Cincuenta años y decenas de miles de muertos después, el conflicto con la guerrilla de las Farc aún no ha terminado. Pero la posibilidad de una paz duradera está a la vista si los votantes otorgan a Juan Manuel Santos un segundo mandato el 15 de junio”, indicó.
Ayer el expresidente del gobierno español, Felipe González, dijo en una entrevista a La W Radio que “esta es la primera vez que veo después de 30 años la gran oportunidad de paz”. En ese sentido destacó que es la primera vez que las Farc reconocen a las víctimas, aludiendo el exmandatario el acuerdo que lograron en La Habana el Gobierno nacional y esta guerrilla sobre los principios con que abordarán el quinto punto de la agenda. Por lo que consideró que el proceso de paz “esté en un punto no reversible” y por eso “se le tiene que seguir apostando a la paz”.
González piensa que los colombianos sí quieren la paz a pesar del dolor que se siente por los crímenes que se han producido durante el conflicto, no obstante que hay desconfianza por lo que sucede en Cuba. Dijo también que muchas personas han usado la guerra en Colombia “para sus intereses”.
El exmandatario español defendió el hermetismo con que se han manejado estos diálogos por parte del Gobierno colombiano. Si los procesos no tuvieran margen de confidencialidad “simplemente no se realizaría”. “No puede haber un proceso de paz televisado”, remarcó.
No vio inconveniente por lo demorado que ha resultado el proceso de conversaciones con las Farc. "No conozco un conflicto que se haya resuelto en un plazo de tiempo como el que se pretendía”.
Finalmente dijo que para “pasar la página” debe haber verdad, justicia y reparación. “No pretendo que la gente pase de matarse a hacer el amor (…) Lo máximo es que aprendan a convivir sin matarse”.
Por su parte, también en declaraciones a La W Radio, el expresidente brasileño Lula Da Silva dijo que lo que se está acordando en La Habana equivale a un pacto con “40 millones de colombianos”, por lo que “tanto Gobierno como las Farc deben asumir y cumplir los compromisos de paz con el pueblo colombiano”.
Finalmente, Lula pidió a los presidentes de Suramérica apoyar el proceso de paz colombiano porque este conflicto afecta la región. Además se mostró dispuesto a prestar sus buenos oficios en las conversaciones de paz si así lo considera el presidente Santos.
Respaldos
Mientras que en Colombia el proceso de paz ha sido blanco de críticas por parte de algunos sectores, al punto que la segunda vuelta presidencial el próximo domingo entre el presidente-candidato Juan Manuel Santos y el candidato Óscar Zuluaga sería una definición entre la paz y la guerra, según analistas, desde todos los rincones del mundo se han escuchado en su mayoría voces de respaldo a las conversaciones en La Habana.
En septiembre del año 2012, poco antes de que se iniciaran estos diálogos, se sumaron voces alentado a Colombia a avanzar en la búsqueda de la paz, como fue el caso de todos los gobiernos de los países de América Latina, Estados Unidos, la Unión Europea, el entonces papa, Benedicto XVI, Naciones Unidas y la OEA, entre otros.
Este año han crecido las voces de apoyo al proceso colombiano. La semana anterior en el marco de la 44 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), la canciller María Ángela Holguín agradeció al secretario general de este organismo, José Miguel Insulza, por “el apoyo expresado a los avances del proceso de paz de Colombia”, durante su intervención en el acto inaugural de la Asamblea.
También la semana anterior en el marco de la Asamblea de la OEA que se desarrolló en Paraguay, el gobierno de Barack Obama en Estados Unidos dio un nuevo espaldarazo a la iniciativa de reconciliación del presidente Santos, al anunciar el Departamento de Estado de ese paísuna nueva contribución de 420 mil dólares a la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP), creada por la OEA.
En mayo pasado el presidente de Uruguay, José Mujica, dijo en una conferencia en Washington que "espero que las Farc hagan la paz con el Gobierno colombiano y todos deberíamos hacer esfuerzos para ayudar". Añadió en esa oportunidad que "quienes conozcan lo que son las montañas de Colombia (saben que) no tiene lógica la guerra interminable, no se le puede pedir a una sociedad semejante sacrificio. Hay que ayudar a que las Farc y el Gobierno puedan tener una salida".
El mes pasado, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, saludó el acuerdo que lograron el Gobierno colombiano y las Farc sobre el punto de la agenda correspondiente a cultivos ilícitos. “Un mayor esfuerzo bajo este acuerdo para ofrecer un desarrollo alternativo a las regiones infestadas de cultivos ilícitos debería suponer una vida mejor para muchos colombianos y ayudar a combatir el crimen y la violencia asociadas con el tráfico ilegal de narcóticos", indicó el Secretario.
Ya en noviembre del año anterior, Ban Ki-moon había aplaudido el acuerdo al que llegaron las partes en La Habana sobre el punto de participación política.
En abril pasado, el papa Francisco le transmitió a la canciller Holguín su deseo de que fructificaran las negociaciones de paz en Colombia. “Me preguntó por los avances en el proceso de paz, esperanzado de que tenga resultados, le mandó un saludo al presidente Santos esperando, igualmente, que le salga bien el proceso”, dijo la Ministra tras sostener un breve encuentro con el Sumo Pontífice, luego de la ceremonia de canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II.