Una delegación policial reanudó negociaciones con tres ministros de Estado acerca de las condiciones para levantar el motín de policías rasos que en seis días abarcaba ya a los nueve departamentos de Bolivia, informaron fuentes oficiales.
"Los policías retornaron a la mesa del diálogo" pasadas las 10H30 locales (14H30 GMT) luego de un corto receso en las negociaciones "con respuestas a una nueva propuesta del gobierno" para zanjar el conflicto, dijo a la AFP un funcionario cercano a las discusiones.
El contenido de la nueva propuesta oficial es desconocido por el momento, pero el mismo fue debatido ya en una primera ronda de negociaciones desde la medianoche del lunes hasta la madrugada del martes, cuando ambas partes declararon un receso en las negociaciones.
La base del diálogo gira en torno al pedido de un salario básico de 2.000 bolivianos (unos 287 dólares), abrogación de un régimen disciplinario de la policía, jubilación con el 100% del último salario, creación de una defensoría policial y garantías para que los policías amotinados no sufran represalias.
La reunión fue instalada la medianoche del lunes luego que el ministro de Interior, Carlos Romero, anunció la reanudación del diálogo para frenar una "escalada de violencia".
A pesar de las negociaciones en curso, los policías amotinados seguían hacia el mediodía del martes en poder de 25 a 30 cuarteles y comandancias regionales en Bolivia.
Concentrados en la plaza de Armas de La Paz, centro político del país, donde se hallan las sedes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, los policías aguardaban el resultado de las negociaciones.
Al lugar llegaron grupos de maestros de la educación fiscal (guiados por una dirección trostkista) para solidarizarse con los uniformados.