El gobierno ucraniano indicó que sopesa convocar elecciones anticipadas, antes de la llegada de la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, y de la reanudación del diálogo con la oposición en el Parlamento.
El presidente Viktor Yanukovich podría organizar elecciones legislativas y presidenciales anticipadas para poner fin a la crisis política, declaró a la AFP su representante en el Parlamento, Yuri Miroshnichenko.
El mandatario se refirió a esa posibilidad durante un encuentro con diputados de su partido la semana pasada, precisó Miroshnichenko, mientras Ucrania está afectada desde hace más de dos meses por una ola de protestas sin precedentes.
El conflicto se desarrolló en el marco de una rivalidad entre los partidarios de un acercamiento con la Unión Europea (UE) y los de Rusia, dos fuentes potenciales de ayuda financiera que Ucrania, al borde de la suspensión de pagos, necesita urgentemente.
Miroshnichenko explicó que Yanukovich señaló dos posibilidades para salir de la crisis. La primera consistiría en "amnistiar a los manifestantes arrestados y obtener la evacuación de los edificios públicos ocupados por los contestatarios, y la segunda en convocar elecciones anticipadas".
"Nosotros votamos la ley de amnistía, pero por el momento no se ha aplicado", agregó. Pero la oposición denunció como "inaceptable" esa ley, afirmando que transformaba a las personas detenidas en "rehenes", pues su liberación dependía de la evacuación previa de los edificios públicos.
La oposición exige la liberación incondicional de los militantes arrestados.
Miroshnichenko afirmó que el gobierno esperaba poner fin a la crisis gracias a la primera posibilidad, pero que la segunda seguía sobre la mesa.
Las manifestaciones contra el abandono, a fines de noviembre, de un acuerdo de asociación con la UE en beneficio de un acercamiento con Rusia se transformaron durante la crisis en una contestación directa al régimen de Yanukovich.
"Desputinizar" Ucrania
"La gente salió a la calle porque quería decir 'ya no queremos seguir viviendo en el reino de la arbitrariedad y de la corrupción total, en un país donde la gente no tiene futuro'", afirmó el martes uno de los líderes de la oposición, el ex boxeador Vitali Klitschko, al reanudarse las sesiones en el Parlamento.
"El poder es totalmente responsable de la crisis política. Debemos detener al dictador", agregó Klitschko. Luego propuso el retorno a la Constitución de 2004. Ese texto, surgido de la Revolución Naranja pro-occidental, que daba menos poderes al presidente del país, fue anulado por la justicia después de la llegada al poder de Yanukovich, en 2010.
Por su parte, el jefe del partido nacionalista Svoboda Oleg Tiagnybok, acusó al gobierno de obedecer a las órdenes de Moscú y llamó a "desputinizar" la vida política ucraniana.
El jefe de la fracción del Partido de las Regiones de Yanukovich, Olexander Efremov, denunció por su parte "el extremismo" de los manifestantes y el caos en las calles.
Los trabajos de la sesión plenaria fueron suspendidos a las 10H00 GMT y no se reanudarán hasta la tarde para permitir que los diputados discutan la reforma constitucional exigida por la oposición.
El agitado debate se desarrollaba pocas horas antes de la llegada anunciada a Kiev de la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton, quien hablará con el gobierno y la oposición sobre la ayuda financiera que la UE y Estados Unidos podrían aportar a Ucrania para ayudarlo a salir de la crisis.
Ashton tiene previsto cenar el martes con los líderes opositores, se supo en la representación de la UE en Kiev. El miércoles de mañana será recibida por Yanukovich, antes de entrevistarse con representantes de la sociedad civil y de dar una conferencia de prensa a última hora de la tarde.
Sin embargo, esa ayuda, cuyas líneas generales siguen sometidas a estudio, respondiendo a los deseos de la oposición, depende de la evolución política en Ucrania y de la integración del futuro gobierno que reemplazará al de Mykola Azarov, que renunció la semana pasada. Los opositores quieren ocupar puestos clave cuando se hayan obtenido los cambios constitucionales.
De acuerdo con diplomáticos occidentales, la ayuda de Occidente no podría igualar a la propuesta rusa -una promesa de 15.000 millones de dólares en créditos, de los cuales ya se entregaron 3.000 millones- y una bajada de 30% del precio del gas.