El Gobierno turco presentó un proyecto de ley que refuerza los poderes de sus fuerzas de seguridad, tras los recientes motines prokurdos contra su política en Siria en los que murieron 30 personas.
El texto denominado "reforma de la seguridad interior" fue presentado ante el Parlamento por dos diputados del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y será debatido la próxima semana, según fuentes parlamentarias.
El objetivo es "darle la ventaja a la policía" en casos de "violencias generalizadas", explicó el viceprimer ministro Bülent Arinç.
Según los medios turcos, el proyecto amplía los derechos de las fuerzas de seguridad en relación con los registros, las confiscaciones y las escuchas telefónicas en sus investigaciones de "organizaciones armadas". También les permitirá prohibir el acceso, tras consultar al fiscal o al juez, a las personas imputadas en estos casos.
La reforma prevé, además, un endurecimiento de las condenas para quienes deterioren bienes públicos o los manifestantes que disimulen sus caras.
La semana pasada, miles de jóvenes kurdos llenaron las calles de Turquía para denunciar el rechazo de Ankara a una intervención militar en la ciudad siria de Kobane, donde combatientes kurdos se enfrentan a los yihadistas del grupo Estado Islámico.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su primer ministro, Ahmet Davutoglu, prometieron estos días castigar duramente a los "vándalos" que provocaron estas violencias.