El Consejo de Seguridad de la ONU condenó "en los términos más firmes" al gobierno de Siria por la masacre de Hula (centro), en la que murieron al menos 108 personas y otras 300 resultaron heridas.
Funcionarios de la ONU precisaron ante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad que la matanza en Hula dejó al menos 34 mujeres y 49 niños muertos.
En un comunicado, los quince miembros del Consejo -incluso Rusia, gran aliado del régimen sirio- dicen que las muertes fueron confirmadas por los observadores de la ONU en Siria y que los ataques "incluyeron bombardeos de artillería y tanques del gobierno contra un barrio residencial".
Además, pidieron nuevamente al presidente Bashar al Asad que retire el armamento pesado de las ciudades sirias, como lo estipula el plan para la paz del enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, quien llegará a Siria el lunes en un intento desesperado de salvar su plan, que preveía una tregua desde el 12 de abril que no se ha respetado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo este domingo que la masacre de Hula es "una flagrante violación a las leyes internacionales" y que "los observadores de la ONU están enfrentando crecientes críticas por no detener la violencia y, en algunos barrios, incluso los responsabilizan del aumento de la misma".
En tanto, una ofensiva de las tropas gubernamentales sirias en Hama (centro) dejó el domingo al menos 33 muertos, entre ellos siete niños de menos de 16 años, anunció el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres. Esto hace que el saldo total de muertos en Siria el domingo ascienda a 48.
Por otra parte, miles de personas participaron en protestas en varios puntos de Siria para denunciar la masacre en Hula. De ellas, al menos 33 fueron asesinadas, 24 de las cuales eran civiles, según el OSDH.
"El mundo de brazos cruzados"
Por su parte, el régimen sirio niega "totalmente cualquier responsabilidad" en lo que llamó la "masacre terrorista", declaró el portavoz del ministerio sirio de Relaciones Exteriores, Jihad al Makdisi, agregando que se abrirá una investigación.
Gran Bretaña y Francia pidieron que la ONU ratifique una condena aún más fuerte contra el gobierno de Al Asad. Pero Rusia no está de acuerdo en los términos de la redacción y pide otra reunión antes de aprobar cualquier texto.
"Tenemos que determinar si fueron las autoridades sirias", dijo el representante permanente adjunto de Rusia ante Naciones Unidas, Igor Pankin, a periodistas en la sede de la ONU en Nueva York.
"Hay razones sustanciales para creer que la mayoría de los que murieron fueron acuchillados, cortados con navajas o ejecutados a quemarropa", afirmó Pankin, contradiciendo de hecho precedentes informaciones sobre la existencia de tiros de artillería.
"Es difícil imaginar que el gobierno sirio no sólo bombardearía (...) sino que también ejecutaría a quemarropa" a decenas de mujeres y niños, añadió.
El gobierno sirio no debe ser culpado "en lo absoluto" por la masacre, estimó Al Makdisi, mientras que el enviado de Siria ante la ONU, Bashar Jafari, dijo que las acusaciones contra el gobierno de su país son parte de un "tsunami de mentiras" contra Damasco.
Pero el general de División Robert Mood, jefe de la misión de observadores de Naciones Unidas en Siria, dijo este domingo por videoconferencia ante la reunión del Consejo de Seguridad que las muertes fueron por "metralla" y disparos a "quemarropa", según diplomáticos.
Mood reportó que la matanza de Hula se había cobrado la vida de 108 personas, pero que el Ejército Sirio Libre daba cuenta de 116.
Las víctimas fueron alcanzadas por "esquirlas de obús" o asesinadas "a quemarropa", indicó el general noruego, siempre citado por diplomáticos.
Precisó igualmente que el lugar de la masacre presentaba huellas de tiros de artillería desde carros de combate, de tiros de mortero y de "agresiones físicas".
"La evidencia es clara, la evidencia no es opaca y hay una clara huella del gobierno en esta masacre", aseguró el representante de Alemania ante la ONU, Peter Wittig.
Actualmente hay más de 280 observadores de la ONU en Siria, que monitorean el cese de las hostilidades, oficialmente iniciado el 12 de abril pero que cada día parece a punto de colapsar definitivamente.
Annan se dirigirá al Consejo de Seguridad el miécoles en un esfuerzo más por detener las crisis que ya dura desde hace 15 meses
Según la ONU, más de 10.000 personas han muerto desde que inició la sublevación contra Al Asad, pero activistas sirios aseguran que el saldo asciende a al menos 13.000.
A las críticas de Ban y Annan contra la masacre, se aúnan las de Gran Bretaña, estados Unidos y Francia, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, dijo que está preparando una reunión del grupo de los Amigos de Siria, que apoyan a la oposición.
Los cancilleres de la Liga Árabe sostendrán su propia reunión de emergencia sobre la crisis en Siria.
Por su parte, el líder opositor sirio Burhan Ghaliun llamó el domingo desde Istanbul a librar una "batalla de liberación" contra el régimen de Al Asad hasta que la ONU decida actuar.