A través de un fallo, la Corte Constitucional le exigió al Gobierno regular la ubicación de las antenas de telefonía móvil, las cuales no podrán estar en intermediaciones de zonas residenciales, jardines infantiles, hospitales o instituciones educativas, entre otros.

La decisión, que no tiene precedentes en el país, va dirigida al Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) para que defina las distancias prudentes de ubicación de las torres.

Así lo informó el magistrado José Ignacio Pretelt quien confirmó que la radiación que emiten tales artefactos, afectan directamente en la salud pública y en el medio ambiente.

El fallo de la Corte obedece a una tutela interpuesta por la familia en Fresno, Tolima, de una menor de edad que padece cáncer y debe estar alejada de las radiofrecuencias emitidas, entre otros, por dichas torres.

La indicación médica estipula que para evitar afectaciones de consideración, además de las que conlleva tener este tipo de patología, se hace necesario estar a una larga distancia de éstas.

Es así que la compañía Telefónica Telecom tendrá que desmontar la torre en los próximos días, cumpliendo así con las indicaciones de la Corte mientras se definen las características de regulación.

Los magistrados aclararon en el fallo que aún no hay un estudio que tenga la suficiente valides que certifique que dichas estaciones bases emitan radiaciones de tipo cancerígeno.

Sin embargo, investigaciones como la divulgada por la Agencia Federal de Radiaciones de Alemania, revelan todo lo contrario.

En su más reciente investigación, la Agencia estableció que la radiación electromagnética emitida por las antenas de telefonía móvil “puede causar problemas de salud como un incremento de abortos, daños en el ADN, cambios en la actividad eléctrica del cerebro, depresiones, insomnio o cáncer”.

Además, el incremento en los casos de cáncer aumentó, dice el informe, que vivieron durante sus últimos diez años a una distancia menor a 400 metros de estaciones base de telefonía móvil.

Incluso, que quienes vivieron a una distancia menor a 400 metros enfermaron a una edad promedio más joven.

“El hecho es que las antenas de telefonía móvil emiten una radiación que puede producir cambios eléctricos en la membrana de todas las células del cuerpo, alterando los flujos celulares de algunos iones, sobre todo el calcio, lo que podría tener efectos biológicos importantes”, se lee en uno de los apartes de la investigación.

Precisamente, el presidente de Asomóvil, Rodrigo Lara, ya había hecho un llamado sobre las falencias de infraestructura para la telefonía móvil en el país. Pese a que la alerta se caracterizaba por otras implicaciones, sí denotaba una falta de regulación concreta en la materia.

Su alerta se enfocaba en que, tal como le dijo en exclusiva a EL NUEVO SIGLO, uno de los principales riesgos que presenta el proceso de tecnología 4G es la autonomía en las decisiones de los municipios respecto al uso del suelo en las regiones.

Esta es la conclusión de Lara, quien alerta sobre las implicaciones que tendría para 49 municipios el desempeño de la infraestructura de telecomunicaciones amenazado por las reglamentaciones locales “sin sustento técnico”.

Tal como lo informó Asomóvil, los proyectos de expansión y digitalización de redes que adelanta la industria con el fin de brindar mejor calidad y cobertura de servicio a los colombianos, se verán afectados por los planteamientos de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), mecanismos locales dirigidos específicamente al crecimiento de las ciudades.

“Estos pretenden velar por la salud, el urbanismo y la comunidad pero que en realidad se están convirtiendo en obstáculos para su desarrollo”, agrega el documento emitido por la compañía.