EL REYFelipe VI de España convocó para el 25 y 26 de abril una nueva ronda de consultas con los diferentes partidos políticos, tras lo cual, si no hay un candidato para formar gobierno se convocarán elecciones.
Todas las miradas recaen en la figura de Pedro Sánchez, quien fue investido por el monarca el pasado enero, luego de contar con el apoyo de su colectividad el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Ciudadanos, algunos partidos independentistas y, hasta el último minuto, Podemos, que finalmente le dio la espalda en el Congreso, pero finalmente fracasó en el intento.
Según un comunicado de la Casa Real: "La finalidad de las consultas es constatar si, de la disposición que le trasladen los representantes de los grupos políticos con representación parlamentaria, el rey puede proponer un candidato a la Presidencia del Gobierno que cuente con los apoyos necesarios para que el Congreso (...) o, en ausencia de una propuesta de candidato, proceder a la disolución de ambas Cámaras y a la convocatoria de nuevas elecciones generales”.
Las fechas estipuladas marcan así prácticamente el límite que tienen los partidos españoles para lograr algún acuerdo que evite la convocatoria de nuevos comicios legislativos, después de los del 20 de diciembre, que dejaron un parlamento muy fragmentado.
Desde entonces, PSOE y la formación centrista Ciudadanos han logrado cerrar un acuerdo, insuficiente para obtener una investidura. El PSOE, que rechaza pactar con el saliente Partido Popular (PP, derecha), intentó un acercamiento al partido de izquierda radical Podemos sobre la base del pacto firmado con Ciudadanos.
Las diferencias entre este último partido y Podemos impidieron ese intento de los socialistas, tras el cual parecen casi inevitables las elecciones, salvo sorpresa de última hora antes del 2 de mayo, fecha tope para la investidura de un candidato.
El rey ya había llevado a cabo dos rondas de consultas: en la primera el jefe del gobierno saliente Mariano Rajoy rechazó ser candidato por no contar con los apoyos, y en la segunda el monarca propuso formar gobierno al líder socialista Pedro Sánchez.
Tras un estrepitoso fracaso en la investidura de este último, a principios de marzo, el rey prefirió dejar tiempo a los partidos para negociar, aunque finalmente parece difícil que haya acuerdo.
El PSOE le guiña a Podemos
Pese a las directrices de su partido, que se oponen a un nuevo acercamiento con Podemos, Pedro Sánchez le hizo un guiño a Iglesias, abriendo la posibilidad de un nuevo pacto entre las dos colectividades para formar gobierno.
Un día antes, el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, había dicho en rueda de prensa: “no hay más ofertas ni contraofertas” porque Pablo Iglesias “no es de fiar”. Los recuerdos del intento fracasado por formar gobierno por parte de Sánchez siguen vivos, más que en él, en los barones y directivas de su partido. Y, según ellos, quien tiene la culpa de ello es: Podemos.
Pedro Sánchez, que sigue con la fe viva de poder lograr gobierno esta segunda oportunidad, adujo que su guiño hacia la colectividad no tenía como propósito lograr una futura alianza, sino, por el contrario, poner el dedo en la yaga sobre los responsables que hicieron que España, de momento, tenga que volver a las urnas el próximo 26 de junio.
Sin embargo, en España todo el mundo sabe las intenciones de Sánchez. Él quiere volver a ser nominado para ser Jefe de Gobierno de España y para ello necesita el apoyo de las colectividades más cercanas a su propuestas: Ciudadanos, Podemos, Izquierda Unida (IU) y algunos partidos independentistas.
Pero lograr que confluyan estas fuerzas requiere un inmenso reto de cálculos y diálogos. Sánchez tendrá que ceder a la peticiones de Pablo Iglesia, líder de Podemos y acceder, de igual manera, a los pedidos de Albert Rivera, jefe de Ciudadanos.
El problema es que ni el uno ni el otro se pueden ver. Podemos ha impuesto un veto sobre cualquier iniciativa que tenga como aliado a Ciudadanos; Ciudadanos dice que no aceptará ninguna alianza con la agrupación liderada por Iglesias. Ese es, pues, el panorama que deberá afrontar Sánchez, ante la apertura de consultas que convocó el Rey Felipe IV hace unos días.
Lo cierto es que todos coinciden en un mismo objetivo: Sacar a Mariano Rajoy de la Moncloa. Pero para lograrlo prevén distintas fórmulas, unas más radicales y otras más conciliadores, que, sea lo que sea, tendrán que practicarse siempre y cuando se llegue al poder.
Por eso Sánchez, pese a la molestia de su partido, ha llamado a unir fuerzas para terminar con el gobierno de Rajoy, evitar ir a elecciones y darle una segunda oportunidad para que siga siendo presidente”, tal como le dijo hace dos días. Alertó a Podemos sobre esta situación y exhortó a la colectividad que sea fiel a millones de ciudadanos que votaron por el partido morado con el fin de ponerle fin al gobierno de Rajoy.
“A lo mejor el señor Iglesias vive mejor con el señor Rajoy de presidente que conmigo, pero los millones que le votaron viven peor con Rajoy”, dijo Sánchez, demostrando que por mucho guiño e insinuación, el nombre del sucesor del actual Jefe de Gobierno permanece en un estado de total incertidumbre. Así las cosas, se abre paso la posibilidad de volver a las urnas el 26 de junio. /ENS con AFP