El peso mexicano se depreció casi 9% en mayo y cayó a niveles de abril de 2009, provocando la intervención del gobierno ante una caída que beneficia a las exportaciones pero encarece importaciones esenciales como la de la gasolina.
El jueves, el Banco de México tuvo que intervenir en el mercado por segunda ocasión en nueve días para inyectar 107 millones de dólares y contribuir a detener la depreciación del peso. Las subastas de dólares se realizan cuando la moneda mexicana pierde más de 2% en una jornada.
El peso mexicano cerró abril con una cotización de 13,14 por dólar y el último día de mayo se ubicó en 14,42, una devaluación de 8,88% frente a la moneda estadounidense.
Este viernes, tras abrir en niveles de hasta 14,60 por dólar tras conocerse que el desempleo en Estados Unidos es mayor a lo esperado, el peso logró repuntar y cerró sin variaciones en relación a la jornada anterior, según el banco privado Banamex.
"El capital que sale de Europa busca protegerse de la quiebra, y por eso la mayor demanda de dólares encarece la moneda estadounidense, incluso en México", dijo a la AFP Raymundo Tenorio, analista económico de la universidad privada Instituto Tecnológico de Monterrey.
El académico reconoció que la depreciación de la moneda beneficia a las exportaciones, pero recordó que México también importa numerosos productos por un monto diario de hasta 1.000 millones de dólares, por ejemplo la gasolina, que en el transcurso de un mes se ha encarecido 10%, lo que llevaría a un alza de los precios en el mercado interno.
Los mexicanos vivieron de los 1970 a los 1990 una serie de caídas del peso que se tradujeron en una escalada inflacionaria y de ahí la inquietud de algunos pequeños ahorradores que buscan adquirir de dólares.
Tenorio señaló sin embargo que "no tiene sentido hacerse de dólares" porque la moneda mexicana regresará a sus niveles ya que México tiene "más dólares en reservas de los que necesita", además de una baja inflación, un sistema bancario sólido y tasas de interés estables.
La cuenta del Banco de México, que cuenta con reservas internacionales que han alcanzado niveles históricos, cerró el pasado viernes en un nivel de 154.283 millones de dólares.
En el mismo sentido, las autoridades monetarias han descartado que se trate de una situación de emergencia para la economía mexicana ya que las presiones responden a factores externos en Europa y Estados Unidos
"La realidad macroeconómica del país no refleja esta depreciación, esto se debe a lo que sucede en Europa, pero si esto se resuelve de manera favorable como se espera, en el corto plazo se prevé que la moneda se vuelva apreciar y llegue a niveles como estábamos", comentó el gobernador del Banco de México (central), Agustín Carstens.