El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault, reúne a seis de sus ministros para elaborar un plan de acción contra la criminalidad que gangrena varios barrios de la segunda ciudad de Francia, Marsella (sur), en la que se registró una serie de ajustes de cuentas ligados al tráfico de droga.
El lunes, un cadáver carbonizado fue encontrado en el norte de Marsella, el de un hombre de 29 años muerto de dos balazos. Esta hallazgo llevó a 20 el número de víctimas de los ajustes de cuentas entre bandas en la región marsellesa.
"Estamos ante un problema extremadamente grave que afecta a la economía subterránea, barrios enteros en los que se han instalado bandas", lamentó el primer ministro.
Esa economía subterránea "hay que combatirla en todos los frentes, político, judicial, pero también económico", advirtió el jefe de gobierno, que convocó a la reunión a los ministros del Interior, de Justicia, de la Ciudad, de la Recuperación Productiva, de la Lucha contra la Exclusión y de Educación.
Reunidos esta tarde en París, todos ellos realizarán un diagnóstico y definirán los métodos de acción necesarios.
El principal sindicato de policías del país, Unité SGP Police, reclama un refuerzo de 300 policías para el departamento, mientras la central sindical CGT argumentó que la ciudad de 850.000 habitantes está ante todo "enferma de desocupación", de "pobreza masiva" y de "insuficiencia de viviendas sociales".
El debate fue reactivado el 30 de agosto por las polémicas declaraciones de una edil de Marsella, la senadora socialista Samia Ghali, que reclamó la intervención del ejército para reforzar la lucha contra el tráfico de droga en los "barrios del norte" de la ciudad, lo que el gobierno descartó inmediatamente.
La senadora reconoció finalmente que ésa era una solución inadaptada, pero afirmó que desde que lanzó ese "grito" de auxilio hubo "dos tentativas de asesinato, un asesinato, un atraco en un gran centro comercial, con kalashnikov, con armas de guerra" en el sector del que ella es representante.
El alcalde de la ciudad Jean-Claude Gaudin (derecha), que administra la ciudad desde hace 17 años, reclamó primeramente al ministerio del Interior que clasifique toda la ciudad como "zona de seguridad prioritaria".
Descontento por no haber sido consultado por el gobierno, Gaudin afirmó que "sólo los distritos de diputados socialistas" se beneficiaban con ese dispositivo. El ministro del Interior, Manuel Valls, calificó las afirmaciones del alcalde de "demagogia e irresponsabilidad".
El jueves, el diputado socialista Patrick Mennucci abogó por que se den más medios a la policía judicial, para que "la gente que circula en automóviles de más de 100.000 euros y que cobran el RSA (subsidio para las personas sin recursos) puedan ser detenidas e interrogadas al respecto".
El diputado insistió en la necesidad de "desarrollo económico" y por la creación de "una gran metrópolis" para equilibrar los recursos y los gastos de Marsella y de los suburbios que la rodean.
Un edil ecologista del norte de la ciudad, reclamó poco antes un "plan Marshall" para Marsella, a fin de renovar el hábitat, invertir en los transportes y desarrollar el empleo, dado que en ciertos barrios éste alcanza el 40%.