El primer ministro francés, Manuel Valls, advirtió del riesgo de un atentado con "armas químicas o bacteriológicas", al solicitar a la Asamblea Nacional la prolongación del estado de emergencia, seis días después de los atentados de París.
"No hay que excluir nada. Lo digo por supuesto con todas las precauciones que se imponen, pero lo sabemos y lo tenemos en mente. Puede haber riesgo de armas químicas o bacteriológicas", dijo Valls, que reiteró que Francia está en guerra.
El gobierno francés autorizó el sábado a la Farmacia de las Fuerzas Armadas la distribución de un antídoto contra las armas bacteriológicas a los servicios de urgencias civiles en todo el territorio.
"Estamos en guerra. Y no el tipo de guerra a la que trágicamente la Historia nos ha acostumbrado. No, una guerra nueva -externa e interna- en la que el terror es el primer objetivo y la primer arma", dijo el primer ministro ante los diputados.
"Esta guerra de nuevo tipo sigue siendo una guerra planificada, impulsada por un ejército de criminales", afirmó el primer ministro.
"Lo nuevo son los modos operativos: las formas de golpear, de matar evolucionan sin cesar. La imaginación macabra de los cerebros de los atentados no tiene límites: fusiles de asalto, decapitación, bombas humanas, armas blancas o todo al mismo tiempo, perpetrados por individuos o comandos, esta vez particularmente organizados", agregó Valls.
Manuel Valls reclamó además la rápida adopción del fichero europeo de pasajeros aéreos, el "Passenger Name Record" (PNR).
"Hoy más que nunca es hora de que Europa adopte el texto sobre el PNR para garantizar el seguimiento de los desplazamientos, incluido en la Unión Europea. Es una condición para nuestra seguridad colectiva", dijo Valls.
El primer ministro anunció además la creación de una nueva estructura para internar a "jóvenes radicalizados".
"El financiamiento está listo, el cuadro jurídico y el proyecto casi a punto" para abrir un sitio antes de fin de año.
La estructura recibirá a "arrepentidos" que se pondrán "a prueba para medir su voluntad de reinserción", dijo Valls.
En cambio, Valls descartó que los yihadistas de regreso de Siria o Irak ingresen en esa estructura.
"Su lugar es la cárcel. Un centro de desradicalización no puede ser una alternativa al encierro carcelario", dijo Valls.