Ecuador negó este martes que pretenda abrir un conflicto diplomático con Estados Unidos tras exigir la salida de 20 militares y funcionarios estadounidenses acreditados en Quito, y reiteró los planes para que el secretario John Kerry visite el país.
El gobierno expresó que la salida del llamado grupo militar, dedicado a la cooperación en seguridad, fue acordado con autoridades estadounidenses y rechazó que la medida implique una expulsión.
"El grupo era aproximadamente de 50 personas, entre civiles y militares (...) Se ha reducido el grupo a unas 20 personas, que en principio tendrán que salir hasta el día de mañana. Eso se lo conversó, no es expulsión, no es nada, se ha venido coordinando, tratando con la embajada" estadounidense, manifestó el presidente Rafael Correa a la prensa en Quito.
Agregó que "lo que no podemos aceptar es tener un grupo de militares extranjeros en el suelo patrio. Para nosotros es un claro atentado a la soberanía del país y que no me vengan con que eso termina la cooperación. Si se termina, que pena, para nosotros es más importante la soberanía".
"Hemos acordado que en el mes de abril ellos se retirarán, de tal manera que no se genere ningún conflicto diplomático que no queremos tener con Estados Unidos", dijo a su vez el canciller Ricardo Patiño a la televisión pública
El gobierno de Correa concretó la advertencia que había formulado en enero y el 7 de abril "solicitó formalmente" el fin de las actividades de la oficina de Cooperación de Seguridad adscrita a la embajada de Estados Unidos en Quito, según el portavoz de la legación, Jeffrey Weinshenker.
- Una desconfianza mutua -
El mandatario cuestionó en su momento la "escandalosa" cantidad de militares estadounidenses en Quito y anunció su salida -lo que deberá concretarse hasta este miércoles-, pero según Patiño el problema de fondo era que el grupo se acostumbró a tener una "relación directa con sus pares ecuatorianos" sin pasar por el filtro diplomático.
Washington no ha anunciado hasta el momento ninguna medida recíproca contra Quito.
"No estamos despreciando de ninguna manera o negando ese tipo de cooperación" en temas de seguridad, enfatizó Patiño.
Incluso, agregó, "tenemos interés en afianzar la relación con Estados Unidos, pero una relación que se base en el respeto, en una cooperación (...) que no sea impuesta".
Patiño señaló que el diálogo con Estados Unidos, el principal socio comercial de Ecuador, "también marcha", y que el caso de la salida de los militares no afecta los preparativos de la posible visita a Ecuador de Kerry en una fecha todavía no definida.
Correa indicó por su parte que "cuando se hable de cooperación, hay que tener mucho cuidado porque muchas veces esa cooperación sirve para ciertas injerencias políticas inaceptables en un país soberano, inaceptables en América Latina del siglo XXI".
"¿Desde cuándo para recibir cooperación en seguridad yo necesito un grupo militar en el país?", enfatizó el gobernante socialista.
Criticado por Washington por sus vínculos con Irán, Bielorrusia y el refugio otorgado al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, el presidente ecuatoriano confesó meses atrás que existe una "desconfianza mutua" con Estados Unidos.
En diciembre, Correa, en el poder de 2007, también puso fin a las actividades de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), acusada meses antes de financiar a la oposición, y al inicio de su mandato decidió no renovar el convenio que le permitía a militares estadounidenses operar una base antidrogas en el puerto ecuatoriano de Manta (sureste).