Gobierno catalán anuncia nuevos recortes | El Nuevo Siglo
Martes, 15 de Mayo de 2012

El presidente del gobierno autónomo catalán, Artur Mas, anunció que su ejecutivo tiene previsto ahorrar otros 1.500 millones de euros con un tercer plan de ajuste destinado a reducir un déficit público que en 2011 alcanzó el 3,29% de su PIB.

 

Este tercer plan decidido en año y medio de gobierno de los nacionalistas catalanes conservadores de Convergència i Unió (CiU) se suma a los recortes por valor de 2.680 millones de euros del primero y a los 1.000 millones del segundo.

 

Se contempla ahora una reducción de empleados de empresas públicas y reducción del 5% del sueldo de los funcionarios, entre otras medidas.

 

Mas explicó en rueda de prensa que se reducirán los complementos salariales de los funcionarios, aplicables en un 3% en la paga doble de junio y en un 2% en la de Navidad.

 

También introducirá el pago de una matrícula, que calificó de "modesta", en la Formación Profesional y privatizará concesiones de autopistas gestionadas por empresas públicas.

 

Por otra parte, anunció una significativa reducción de las transferencias a empresas públicas que dependen del gobierno catalán, así como una reducción de las subvenciones.

El gobierno catalán reducirá también algunas inversiones en marcha y pondrá en venta patrimonio público, agregó.

 

Finalmente, Mas aseguró que su ejecutivo aplicará las medidas del gobierno conservador central en el terreno de la salud, la enseñanza y la universidad, lo que implicará un aumento del número de alumnos por aula y la subida de matrículas universitarias.

 

Estas medidas fueron tomadas "por obligación", aseguró el presidente catalán achacando a los "errores de los demás", en referencia al gobierno de izquierdas anterior, un déficit público que en 2011 alcanzó el 3,29% del PIB local.

 

Fuertemente golpeadas por la crisis desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008, las 17 comunidades autónomas españolas tienen que reducir este año sus déficits a un 1,3% del PIB, para tranquilizar a unos mercados inquietos por el impacto que un desvío en sus finanzas pueda tener en la economía del país.