El gobernador de la provincia de Nínive y hermano del presidente del parlamento iraquí, Atheel al Nujaifi, sobrevivió el lunes a su tercer intento de asesinato este mes en Irak, donde 32 personas fallecieron en nuevos ataques.

Dos bombas ubicadas en una carretera de Mosul (norte) explotaron cerca del convoy del gobernador e hirieron a dos consejeros provinciales, indicó un portavoz de la policía y un empleado del hospital.

Este nuevo intento de asesinato es el sexto contra Atheel al Nujaifi en menos de un año.

Irak atraviesa la peor ola de violencia de los últimos cinco años. Las autoridades no consiguen controlar los ataques cotidianos contra civiles y fuerzas del orden.

En Nínive, una de las provincias más peligrosas de Irak, los insurgentes sunitas llevan a cabo atentados casi diarios y están acusados de extorsionar a los empresarios locales para financiar sus actividades en Irak y en la vecina Siria.

Tres civiles y dos oficiales del ejército fallecieron este lunes en otros ataques en Nínive, donde un ataque contra el ejército se saldó con la muerte de 11 insurgentes.

En Bagdad, hombres armados mataron a una mujer cerca de su domicilio y, al norte de la capital, otra persona falleció por la explosión de una bomba ubicada en un vehículo.

En Ramadi, a 100 km al oeste de Bagdad, un policía falleció y tres personas más resultaron heridas por un obús.

Algunas zonas de Ramadi están controladas por combatientes antigubernamentales, al igual que la ciudad de Faluya, ambas en la provincia de Al Anbar.

El ministerio de Defensa informó que las fuerzas de seguridad mataron a 13 insurgentes en Al Anbar.

Desde el comienzo del año el balance de víctimas mortales supera las 1.600 personas y en 2013 fueron 6.800 los muertos por la violencia, según un conteo de la AFP basado en fuentes de seguridad y médicas.