Glifosato en UE: polémica con eco en Colombia | El Nuevo Siglo
Viernes, 20 de Mayo de 2016

La autorización para el empleo del glifosato, sustancia activa utilizada en los herbicidas, en la Unión Europea, está embolatada, contrario a lo que sucedió en Colombia, donde ya se dio vía libre a su uso para fumigaciones manuales de cultivos ilícitos.

 

Ayer se tenía previsto votar la renovación del aval, pero fue suspendida luego de que se constatara que no lograría “una mayoría cualificada”.

 

“La Comisión dejó claro que no procedería (a la votación) sin una sólida mayoría cualificada de los Estados miembros”, indicó el servicio de portavoces de la institución, que recordó que si no se toma una decisión antes del 30 de junio “el glifosato ya no será autorizado en la UE y en los Estados miembros”.

 

Esta es la segunda vez que la Comisión decide no someter a voto esta renovación, que respalda. En marzo, al no hallar una mayoría calificada para expresarse sobre el tema, Bruselas pospuso el voto que debía llevar a cabo un comité de expertos de los países miembros.

 

Entonces, la Comisión proponía renovar la autorización por 15 años. De cara a la reunión del comité de expertos, compuesto por representantes de los 28 países de la UE, rebajó a 9 años el periodo de autorización.

 

Ante este revés, la Comisión no precisó si preveía una nueva reunión del comité. Una fuente indicó que Bruselas estudiaba “diferentes opciones”.

 

Opinión de la OMS

El año pasado, hacia abril, se conoció un informe de la Organización Mundial de Salud, OMS, en el que se indicó que el glifosato podía ser cancerígeno.

 

El estudio, de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (que depende de la OMS) se prolongó durante un año y estuvo dirigido a determinar el efecto que varios insecticidas y herbicidas, entre ellos el glifosato, causaban en la salud.

 

“Hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin). También causa daño en el ADN y en los cromosomas de las células humanas”, señaló el informe.

 

Hasta ese momento la OMS había calificado el glifosato como “un producto que no ofrece peligro” y “no cancerígeno”.

 

El glifosato es el herbicida más usado del mundo, y el producto estrella de Monsanto para sus cultivos trangénicos (comercializado como Round up).

 

En el caso de Colombia, durante muchos años ONG y campesinos denunciaron que las fumigaciones de cultivos ilícitos con el herbicida, les causaba afectaciones en la salud y daños a las plantaciones lícitas, pero siempre se rechazó que eso fuera cierto y por algún tiempo la Policía Antinarcóticos negó que para hacerlo más fuerte le agregaban coadyuvantes.

 

Sin embargo, tras conocerse el informe de la OMS y por recomendación del Ministerio de Salud, el Gobierno ordenó la suspensión de las aspersiones aéreas con glifosato, pero ante el incremento delos cultivos de coca, nuevamente se autorizó hace algo más de un mes el uso del herbicida para fumigación, pero con la salvedad de que debe ser manual.

 

Según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, el glifosato es el herbicida más usado para la fumigación de cultivos lícitos, especialmente de arroz, y jardinería, y ello lo avala para ser usado.

 

Posición de Francia

En la decisión de ayer de no votar su autorización, hecho que prende las alarmas para todos los países que lo usan en el mundo, entre ellos Colombia, tuvo mucho que ver que Francia e Italia insistieron en que no podían decidir una autorización sin que hubiera un estudio claro de la ECHA (la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas).

 

En debate están las consecuencias de esta sustancia presente en los herbicidas en la salud humana. Los estudios divergen.

 

Bruselas asegura que debatió el tema con los 28 países de la UE y que tomó en consideración algunos de sus pedidos, así como la opinión del Parlamento Europeo que reclamó una autorización de sólo 7 años, según un portavoz de la Comisión.

 

También incluyó en sus consideraciones los últimos estudios sobre esta sustancia, en particular el de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que juzgó como “improbable” que el glifosato fuera cancerígeno.

 

Una opinión aplaudida por la industria agroquímica, pero en contradicción con la emitida antes por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, por su siglas en inglés), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que calificó al glifosato, presente entre otros en el Roundup de Monsanto, uno de los herbicidas más vendidos en el mundo, de cancerígeno “probable para el hombre”.

 

Un reciente estudio conjunto de la OMS y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estima por su parte como “poco probable” que el glifosato sea cancerígeno “en los humanos expuestos a través de la alimentación”.

 

Reacciones opuestas

“Francia se opone” a la propuesta de la Comisión, señaló en un comunicado la ministra de Medio Ambiente francesa, Ségolène Royal, destacando que Alemania, Italia, Suecia, Austria y Portugal “hicieron saber que se abstendrían o que votarían en contra”.

 

Royal, que ya prohibió la venta a los particulares del herbicida Roundup en Francia, hizo campaña, según el comunicado, para que no se renueve la autorización del glifosato, a pesar de la oposición de una parte de la industria agrícola francesa.

 

El glifosato es el “pesticida más utilizado en el mundo y en la Historia”, lo que explica la crispación sobre su autorización, subrayó Vito Buonsante, de la ONG ClientEarth.

 

“La presión ciudadana obligó a los responsables políticos a apegarse al principio de precaución”, analizó Pascal Vollenweider, del grupo de organización Avaaz.

 

Para Greenpeace “es hora de que la Comisión cambie el rumbo”.

 

Para la industria agroquímica este nuevo episodio en la autorización, o no, del glifosato, echa sombras en la credibilidad del sistema regulatorio europeo.

 

Este aplazo “expone a una aguda politización el proceso regulatorio” en la UE, estimó en un comunicado el Glyphosate Task Force (GTF), que reúne a las empresas agroquímicas.