En medio de la gran expectativa por el “mini-martes” de esta semana redoblan esfuerzos por ganarse a los indecisos
Una guerra sin cuartel para ganar la crucial primaria de Florida este martes viven los precandidatos republicanos Newt Gingrich y Mitt Romney, los favoritos para alzarse con la nominación, pese a que tienen otros tres compañeros en la misma liza partidaria.
Y aunque Gingrich y Romney elevan con orgullo la bandera republicana, son marcadas las diferencias entre los dos. Así el primero puede definirse como un conservador talentoso y con experiencia pero imprevisible, mientras que el segundo explota su faceta de empresario moderado y hombre pausado, aunque muchos aseguran que es falto de carisma.
Ambos se enfrentaron durante la semana que concluyó en varios debates en Florida para buscar el respaldo electoral de una comunidad amplia, diversa y cambiante con miras a la primaria de este martes, donde demás de estar en juego 50 delegados para la convención por la nominación, el resultado es vital ya que develará la tendencia partidaria.
Romney y Gingrich, así como sus rivales republicanos Rick Santorum y Ron Paul, ya se enfrentaron en caucus y elecciones primarias en Iowa, New Hampshire y Carolina del Sur, tres estados más pequeños que Florida, cuyo 22% de la población es hispana.
Hasta el momento Santorum venció en Iowa, Romney en New Hampshire y Gingrich en Carolina del Sur, por lo que ahora todas las miradas se concentran en Florida para ver quién repite la hazaña que lo acercaría a la nominación presidencial por su partido.
En lo que podría llegar a ser una gran ayuda para Romney en su intento de asegurarse la nominación republicana, una encuesta realizada por la Universidad Quinnipiac reveló el jueves que el ex gobernador de Massachusetts empata con 45% de intención de voto con Obama para las elecciones generales de noviembre.
Aunque los primeros sondeos colocaron a Romney claramente por delante de Obama, su más reciente aparición fue mucho mejor valorada que la de su rival republicano, Newt Gingrich, que fue percibido como un claro perdedor frente a Obama, con 39% frente a 50% del actual presidente estadounidense.
Así, y según las últimas encuestas, la pelea es entre Romney y Gingrich: ambos de la misma generación y del mismo partido pero con logros, historias personales, personalidades y estilos diametralmente opuestos.
Gingrich, de 68 años, nació de una madre adolescente, que rápidamente se divorció y él fue adoptado cuando tenía tres años por un padrastro militar, a quien le debe haber vivido una juventud itinerante que lo llevó hasta Francia y Alemania.
Romney, de 64 años, es el cuarto hijo de un hombre de negocios mormón que se convirtió en gobernador de Michigan, y luego en ministro, George Romney.
El primero estudió historia, el segundo derecho y negocios.
Desde muy joven Gingrich escogió su destino como político luego de haber realizado un viaje a Verdun (Francia) cuando tenía 15 años.
En 1979 ganó su primer puesto público como congresista de la Cámara de Representantes de Georgia (sur). Fue reelegido seis veces y se convirtió luego en presidente de la Cámara de Representantes entre 1995 y 1999, puesto que se vio obligado a abandonar entre una lluvia de críticas.
En realidad, Gingrich nunca abandonó la política, pues creó y presidió varios grupos de reflexión política y trabajó como consultor con alta remuneración -"mercader de influencias" como lo calificó Romney-, en el gigante grupo de financiamiento hipotecario Freddie Mac, implicado en la crisis de 2008.
Mitt Romney también supo que lo suyo serían las empresas desde muy temprana edad y obtuvo dos diplomas en la universidad de Harvard.
Logró amasar una fortuna enorme dirigiendo el fondo de inversiones Bain Capital en los años 80 y 90, luego probó su primera derrota política al enfrentar en 1994 a Ted Kennedy en su carrera por el senado, pero años más tarde se convirtió en gobernador de Massachusetts (2003-2007) por solo un mandato, donde le tocó trabajar con un senado y una cámara mayoritariamente demócratas.
En 2008, Romney, quien es calificado de poco espontáneo, decidió presentarse por primera vez en la presidencial pero fue derrotado en las primarias republicanas por John McCain.
Romney hace campaña en jeans y camisa a cuello abierto, mientras Gingrich conserva un aura de abuelo que va de vestido de chaqueta y corbata.
Gingrich plantea políticas propias de un conservador del sur, teniendo como referencia a Ronald Reagan. Denuncia a los medios como liberales y dice estar en contra de las "élites de Nueva York y Washington", mientras Romney mantiene un espíritu analítico, que cautiva siempre al 'establishment' republicano.
En el plano personal, Romney pinta el cuadro de una familia perfecta, casado hace 42 años con Anne, su amor de la escuela secundaria, con quien tiene cinco hijos y 15 nietos.
Newt Gingrich, que tiene dos hijas y dos nietos, se casó tres veces por haber sido infiel, en cada ocasión con la mujer que terminaría casándose luego. Su actual mujer es Callista, 23 años menor que él.
El round de Florida
Con promesas de más empleos y una marcada retórica contra Castro y Chávez, Romney y Gingrich intensificaron su lucha por el voto hispano en Florida.
Ambos aspirantes a la nominación republicana calificaron de "amenaza" y "enemigos" tanto a los hermanos Fidel y Raúl Castro de Cuba como al presidente venezolano Hugo Chávez, en la conferencia "Inspiring Action", organizada por la Hispanic Leadership Network (Red de Liderazgo Hispano, por su sigla en inglés) donde Romney prometió que si gana la presidencia en noviembre designará a una persona que supervise las democracias y libertades de la región.
"Yo quiero designar a un enviado presidencial responsable para la democracia y la libertad en América Latina", dijo el ex gobernador de Massachusetts provocando ovaciones de la audiencia que se considera clave para la primaria del martes en Florida.
Según el precandidato esta persona tendría la tarea de ver qué países están progresando o quedándose atrás en temas de libertades y se opondría a "aquellos que están alineados detrás de Chávez y Castro", afirmó.
Gingrich, menos enérgico que Romney en este encuentro, llegó a afirmar que Chávez podía potencialmente ser la amenaza más importante para Estados Unidos desde los tiempos de la Unión Soviética, por sus alianzas en la región y con el gobierno iraní de Mahmud Ahmadinejad.
"Creo que nos tenemos que tomar en serio a Chávez cuando dice que es antiamericano", dijo en una breve rueda de prensa con corresponsales de medios en español.
En el auditorio lanzó: "Tenemos que tener una estrategia más agresiva, no militar, pero una estrategia agresiva para reemplazar a Chávez y darle a los venezolanos la oportunidad de seguir adelante".
Este encuentro con el liderazgo hispano se produjo un día después de un debate que permitió a Romney ampliar su ventaja sobre Gingrich en nueve puntos (38%-29%), según un sondeo de la Universidad Quinnipiac divulgado el viernes.
La comunidad puertorriqueña es otro blanco de cortejos, luego de que sus líderes en la conferencia de HLN expresaran su molestia frente a la cadena CNN porque en el debate del jueves permitió a un solo candidato, Rick Santorum, expresar su posición sobre si la isla, actualmente un "Estado libre asociado", puede convertirse en el estado 51 del país.
"Hay que apoyar a las puertorriqueños en su referendum para que decidan el estatuto de su país", dijo Gingrich haciéndose eco de las palabras de Romney.
Florida es un Estado con un 22,5% de población de origen hispano, y así como la comunidad cubanoamericana se identifica mayoritariamente como republicana, la puertorriqueña -al menos un millón en el estado-, cuenta con un 15% de republicanos y más de 20% son demócratas y un 30% son independientes que votan dependiendo del candidato de turno.
En términos generales, el electorado hispano representa el 13,1% de los votantes registrados en Florida, con unos 452.000 están afiliados al Partido Republicano, 564.000 al Partido Demócrata y unos 430.000 'indecisos', que hacen de este Estado una pieza política compleja y a su vez blanco de campañas millonarias para ganárselos.
Los candidatos volvieron sobre sus promesas de reactivar una economía "que tiene al 11% de los hispanos sin trabajo. Vamos a trabajar por ustedes", dijo Romney.
También reiteraron sus posturas migratorias en favor de una mayor seguridad fronteriza, medidas duras para castigar a empleadores de indocumentados y Gingrich repitió su plan de flexibilizar el sistema de visas para que más latinoamericanos viajen por turismo y negocios a lugares como Florida.
Pero el asunto migratorio volvió al candelero cuando un grupo de estudiantes interrumpió el discurso en esta conferencia del senador por Florida Marco Rubio por "sus posturas antiinmigrantes".
Cuando Rubio se refería a que no hay que dejar que "nos roben la posibilidad que todos podamos alcanzar el sueño americano", un grupo de activistas -entre ellos estudiantes indocumentados- le gritaron desde la audiencia: "¿Por qué no apoya entonces a los inmigrantes?".
"Marco Rubio - Latino or Tea Partino?" y "Tu partido o tu gente?", decían las pancartas que expusieron en el salón del Doral Golf Resort contra el político popular entre la comunidad cubanoamericana, pero que es también criticado por grupos hispanos de su partido, por respaldar las políticas más duras contra la inmigración.
"He desafiado a los candidatos republicanos y a todos los republicanos a no ser el partido anti-inmigración sino el partido pro-inmigración legal", se defendió./EL NUEVO SIGLO – AFP