Garzón propone acuerdo de la salud | El Nuevo Siglo
Martes, 30 de Octubre de 2012

El sistema de salud debe estar al servicio de la prevención, el diagnóstico oportuno, el tratamiento y la rehabilitación de las personas con accidentes cerebro vascular, afirmó el Vicepresidente.

 

Este es el texto completo de la carta abierta del vicepresidente, Angelino Garzón, a propósito del Día Mundial del Accidente Cerebro Vascular, que se celebró la víspera y del que fue recientemente víctima:

En una carta abierta del Como es de conocimiento público, en el mes de junio de este año, sufrí un accidente cerebro vascular con grandes efectos en mi vida personal, familiar y laboral que no le deseo a ningún ser humano y que me dejo grandes enseñanzas en tres campos de mi vida: primero, comprendí la grandeza de nuestro cerebro; segundo, sentí las más generosas expresiones de solidaridad que alientan la vida de las personas en condición de discapacidad; y tercero, es necesario que todos los colombianos y las colombianas, disfruten las mismas condiciones dignas, sin barreras de acceso, como las que recibí del sistema de salud.

 

Nuestro cerebro y la convivencia social

De nuestro cuerpo de 60 ó 70 kilos, nuestro cerebro es un pequeño órgano que no pesa más de tres libras y ocupa en promedio 1.200 centímetros cúbicos, sin embargo, es depositario de más de 10.000 millones de células llamadas neuronas y tiene más de 150.000 kilómetros de axones con mielina que llevan y traen mensajes a velocidades fantásticas.

Nosotros logramos percibir lo que hay a nuestro alrededor gracias a la parte sensorial del cerebro, y así mismo, nos movemos de manera lenta ó rápida gracias a la parte motora del cerebro, pero en especial, existe un área asociativa que permite que tengamos percepciones, imaginación, pensamiento, raciocinio, y finalmente toma de decisiones.

Estás funciones que sólo son posibles gracias al cerebro han permitido todos los procesos de adaptación y supervivencia, transformando la naturaleza y la construcción de sociedades que a través de pactos de convivencia, solidaridad y la aplicación de desarrollos científicos han podido ocupar todos los rincones del mundo.

La capacidad que tenemos los hombres y las mujeres para vivir en sociedad depende fundamentalmente de la actividad de la corteza cerebral, y ella logra mantener un adecuado funcionamiento gracias al oxígeno que respiramos que pasa de los pulmones a la sangre y finalmente al cerebro.

 

El oxígeno que da vida y el accidente cerebro vascular que mata células

Cada vez que respiramos, y lo hacemos cada cinco segundos, le damos oxígeno a nuestro cerebro y el cual nos brinda movilidad, emociones, sueños, y facilita la comprensión, la tolerancia y la vida en sociedad.

Los accidentes cerebro vasculares impiden que el oxígeno llegue al cerebro y de inmediato se mueren las células, generando daños leves, severos y hasta mortales. Los accidentes cerebro vasculares son la primera causa de discapacidad en el mundo.

 

El tiempo de reacción es definitivo, por eso deben desaparecer todas las barreras de acceso al sistema de salud

Para toda la población, y en especial para quienes hemos sufrido un accidente cerebro vascular, el principal aliado debe ser el sistema de salud de nuestro país, con acciones masivas dirigidas a la prevención y a la orientación, para acudir a la ayuda inmediata en los servicios de urgencias, al logro del diagnóstico oportuno, la intervención médica inmediata y el pronto inicio de la rehabilitación integral.

Las EPS nos deben ofrecer toda la atención médica para conocer e intervenir los factores de riesgo, como la presión arterial alta, el sobrepeso, el tabaquismo, la falta de actividad física, los altos niveles de colesterol y la presencia de diabetes. Estas situaciones aumentan dos, cuatro o seis veces, el riesgo de presentar un accidente cerebro vascular.

Sí somos hombres con antecedentes cardiovasculares en la familia, y superamos los cincuenta y cinco años, este riesgo aumenta dos o cuatro veces más.

Las EPS, los servicios de urgencias, el acceso oportuno a las ambulancias, y en especial el uso del # 123 deben estar en total disposición y sin barreras de acceso al momento de aparecer algún síntoma de aviso o alerta, tales como: la visión borrosa, la dificultad para conversar, un dolor de cabeza súbito, alguna dificultad para caminar o para mover alguna parte del cuerpo.

La atención en urgencias, la realización de los exámenes y la intervención quirúrgica, no da alguna espera. Todos los servicios, con el cuerpo médico suficiente y con toda la tecnología adecuada deben estar a disposición de los hombres y las mujeres afiliadas al sistema de salud.

El proceso de rehabilitación integral debe iniciar inmediatamente se termine la intervención médica y quirúrgica que se ha realizado para que el cerebro siga recibiendo el oxígeno que respiramos. La rehabilitación debe ser suficiente e intensiva.

Todo esto lo aprendí durante los meses de junio a octubre y le agradezco al sistema de salud toda la atención oportuna, con la más alta tecnología, y aunque aún siento limitaciones para desplazarme y hacer otras acciones motoras, voy bien y estaré mejor en un corto tiempo.

Yo anhelo y demando que todos los colombianos y las colombianas reciban el mismo tratamiento digno para que reduzcamos los índices de esta enfermedad, evitemos la muerte que genera, y hagamos de las personas con discapacidad las más útiles para la sociedad.

 

Es necesario un gran acuerdo nacional, para que el sistema de salud sea un sistema de la protección de la vida y no un sistema de la enfermedad

Las percepciones, las valoraciones y la confianza de la población con el sistema de salud se logrará cuando todos los esfuerzos del Estado y de las EPS estén dirigidos a mejorar la comprensión del valor social de la salud y la vida, que nos conduzca a la protección y la no agresión a los seres humanos, especialmente a las mujeres, los niños y las niñas.

La prevención evita angustias y dolores al interior de las familias, crea entornos emocionales protectores de la salud, y permite que los recursos económicos y tecnológicos del sistema de salud se centren en los problemas más graves y frecuentes, como la ocurrencia de los accidentes cerebro vasculares, y otras enfermedades crónicas, costosas y discapacitantes.

En cabeza del Ministro de Salud, doctor Alejandro Gaviria Uribe, en el marco de los derechos humanos y en particular el derecho a la salud, debemos desarrollar un sólido proceso de movilización social que nos lleve a un gran acuerdo nacional para la protección de la salud de las colombianas y los colombianos, con una amplia participación de las organizaciones sociales, de familiares de personas con discapacidad, de pacientes con enfermedades crónicas y de las asociaciones médicas o científicas que aporten a la construcción de un país saludable, solidario y esperanzador, por encima de los conflictos financieros, de la corrupción y de negación de servicios que ha caracterizado el sistema de salud en el país.